20 de junio del 2021
Sara Fernanda MontaƱa CastaƱeda
La juventud entendida como “ una serie de condiciones sociales como normas, comportamientos e instituciones que distinguen a los jóvenes de otros grupos de edad, y por otra parte, una serie de imágenes culturales: valores, atributos y ritos específicamente asociados a los jóvenes” Taguenca (2009) es por eso que nuestra población a investigar será jóvenes en edades comprendidas de 16 a 21 años , donde se evaluara el rol de la crianza de sus padres hacia ellos y su relación con la decisión de consumir sustancias psicoactivas, adicional mente cabe destacar la importancia de la familia en el proceso de adaptación a la sociedad , variables que se ven involucradas de forma directa o indirecta en el proceso de aceptación de consumo , partiendo que es una decisión individual no se puede desconocer la influencia de diversas características.
donde se tendrá una mayor o menor incidencia en el reporte de consumo de sustancias ilícitas estas se explicaran a continuación pues son la base de nuestro proyecto. La familia es ese primer grupo social encargado de acompañar y formar a niños y niñas, en su relación con el mundo; el cual está compuesto por una dimensión simbólica preexistente que es compartida; y que es conocida como cultura (Jorge y González, 2017). Por lo mismo, esta investigación intenta plantear como esta relación entre familia y niñas, niños y adolescentes; se convierte en un ejercicio fundamental para la toma de decisiones en relación con la cultura y lo que esta les muestra a las personas inmersas en la misma. Hay diferentes estilos de crianza los cuales buscan el mismo objetivo, mantener un control y monitoreo de las actividades que desempeñan los hijos tanto en el interior de sus hogares como en la parte externa, o en su defecto depositan toda su confianza para que ellos mismos asuman sus responsabilidades y se habitúen a los contenidos que hay en la sociedad. es así como Valdez (2009). Indica “Los padres pueden ejercer el poder de distintas maneras. Por lo general se habla de cuatro estilos de ejercer el poder: el estilo autoritario, el democrático, el permisivo y el inconsistente” (p.23). A continuación, presentamos los que serán contemplados en esta investigación. Estilo de crianza autoritario: en este estilo prevalecen las normas y el seguimiento de las mismas, sin embargo, estas normas impuestas sin la contemplación de los intereses y opiniones de hijas e hijos se convierten en la exigencia de obediencia total. Este estilo de crianza suele tener efectos negativos sobre los hijos como en la dimensión de la socialización, generando niñas, niños y adolescentes menos cariñosas, inseguras, descontentas e incluso retraídas (Jorge y González, 2017). Este estilo se caracteriza por identificar en todo momento los errores dejando de lado la autenticidad y autonomía de los hijos, corrigiendo sus comportamientos de manera frecuente con castigos ya que están en posición opuesta a sus ideales; Baurind, (1971) citado por Girardi y Velasco (2006). Los hijos que crecen con esta forma de crianza tienen dos características que los identifican; la primera es tener un sujeto que acepta cualquier orden y fácil de direccionar, convirtiéndolo en dependientes y con dificultades para desenvolverse en actividades cotidianas. La segunda es detallar a un joven rebelde, oponiéndose a las órdenes del núcleo familiar (Valdez, 2009). En el ejercicio de crianza respecto al tema de consumo de sustancias en este estilo de crianza suele estar enmarcado en el ejercicio de la prohibición, sobre todo en el caso de las sustancias ilegales; aunque en el caso de padre y madre consumidores de sustancias legales, también se puede dar el caso que las reglas autoritarias prohíban el consumo de drogas legales también. En esta perspectiva los hijos e hijas al entender la prohibición como norma, se restringen el ejercicio de preguntar o conversar el tema, nada más con la intención de evitar un juicio por parte de sus progenitores y la violación de la norma prohibitoria. Es así como este estilo de crianza puede traer una alta probabilidad de consumo de sustancias, poniendo de presente las características mencionadas por Valdez, ya que los hijos pueden ser direccionados por una jerarquía social donde no se tenga conocimiento del abuso de consumo. Estilo de crianza permisivo: En este la crianza de los hijos, los padres no ejercen ninguna regla o parámetro para alinear los comportamientos de sus hijos, permitiendo que ellos presidan sus acciones sin ejecutar ningún acto correctivo. (Ramirez, 2005) proporciona altos niveles de autonomía, basado en gran medida en la tolerancia al límite de autorizar y permitir todo. Este estilo no utiliza el castigo y por el contrario responde rápidamente a la mínima solicitud de atención cediendo siempre a la menor insistencia; su actuar se basa en el dejar hacer. Esto puede llegar a generar hijas e hijos con comportamientos agresivos o que transgreden los límites sociales y de las otras personas, inmadurez; y aunque demuestran ser personas alegres, siempre recuren a sus padres y madres de manera dependiente para la solución de problemas (Jorge y González, 2017). Según Valdés en el 2009, nos dan a conocer como este tipo de crianza presenta dificultades en conductas que alteran su integración en factores sociales que exigen tener una postura comportamental adecuada en diferentes escenarios donde el sujeto busca tener su conducta deseada. Es así como al no tener claro un acatamiento de normas o desconocer de las mismas, se pueden presentar inconvenientes de rebeldía y gustos propios, encaminados a una desobediencia y posible abuso de sustancias en momentos y lugares inapropiados sin tener presente las afectaciones en su núcleo familiar y problemática en la comunidad.