11 de agosto del 2021
Yein Alexandra Muñoz Londoño
El juego ha sido visto como una actividad lúdica de gran importancia y socialmente aceptado, significativo en el desarrollo evolutivo en la infancia; sin embargo, en la adolescencia o adultez con la frecuencia en la práctica y realizado de forma impulsiva se convierte en problemático, generando dificultades y disfunción en el individuo al interactuar en su cotidianidad.
El juego patológico antes no era reconocido como tal; según Bisso- Andrade (2007), los juegos de azar fueron practicados en las civilizaciones egipcias, romanas y griegas, donde se conoció la adicción de emperadores como Augusto y Claudio, y se consideraba una de las actividades predilectas en las clases más altas.
La ludopatía se clasificó inicialmente como una entidad nosológica propia y con criterios diagnósticos específicos en el DSM-III (American Psychiatric Association. APA, 1980) siendo un trastorno de conducta y posteriormente, reaparece en consecutivas ediciones del DSM-IV (APA, 1994), en el que la ludopatía se incorpora también, como mencionan Echeburúa, Amor y Yuste (2000), en el apartado de los trastornos del control de los impulsos clasificados, donde de igual manera se encuentran la cleptomanía, la piromanía, entre otros.
Estas clasificaciones son relevantes para un dictamen diagnóstico de esta adicción. Las versiones más actualizadas del DSM, como es el recién publicado DSM-5 (APA, 2014), la clasifican en el apartado de los trastornos relacionados con sustancias, llamándola juego patológico (Código 312.31 F63.0), y en la Clasificación Internacional de las Enfermedades Mentales (CIE-10); no obstante, comienza a considerarse como un problema en el año 1992, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) coincide con la CIE 10 en cuanto a los criterios para considerar su existencia como una adicción.
En la actualidad, el juego patológico no solo está presente en las personas adultas tanto de género masculino como femenino, sino que también se manifiesta en la infancia y adolescencia -no tiene una edad específica para desarrollarse-. La APA (1990) manifiesta que la exposición al juego durante la etapa de la infancia, es un factor fuertemente predisponente a la ludopatía, por esta razón se hace necesario ampliar el tema y profundizar algunos aspectos.
En la ludopatía se presentan algunos factores de riesgo que son los responsables del desarrollo de esta adicción, la causa es multifactorial -del mismo modo que en las adicciones químicas-, por ello se asocian las siguientes particularidades: características de personalidad impulsiva, insuficiente tolerancia a la frustración y ansiedad de recompensa ipso facto; en relación con esto, Parke, Griffiths, & Irwing (2004) investigaron sobre variables de la personalidad comprobando su asociación.