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Creando estilos de vida sanos

La historia de Brandon y Marie Adictos al tabaco

“Era joven. No lo creía. Quería demostrarles a los médicos que se habían equivocado”, cuenta Brandon. “Finalmente, necesité 9 años y la amputación de mis dos piernas y varias yemas de los dedos para dejar de fumar”.

Libre del cigarrillo desde hace 4 años, Brandon no ha tenido más amputaciones, pero aun debe enfrentar las consecuencias de la doble amputación que se le practicó. “Si tengo que ir al baño por la noche, tengo que ponerme las piernas o arrastrarme”, comenta. “Solo puedo pasar un tiempo limitado con las prótesis de las piernas puestas o corro el riesgo de que se formen llagas. El resto del tiempo tengo que usar una silla de ruedas”.

Brandon también es muy consciente de las consecuencias para sus seres queridos. “Mi hábito de fumar afectó a tanta gente”, expresa. “Mis padres, mi esposa, mi hija y ahora mi hijo bebé. Puedo sentarme en el suelo con él ahora que es bebé, pero cuando crezca, no podré salir, correr y jugar al fútbol con él. Fumar nunca se trata solo de ti”.

Brandon participa en la campaña Consejos de exfumadores® porque siente repulsión por el tabaco y quiere que la gente deje de consumirlo. “Llegué demasiado lejos con el cigarrillo”, confiesa. “Déjalo hoy mismo, no mañana. Ni siquiera sabes las consecuencias de ese próximo cigarrillo”.

°Marie empezó a fumar en la secundaria con sus amigos. Se juntaban habitualmente a fumar los cigarrillos que les quitaban a escondidas a sus familiares. “Era el mejor plan”, cuenta Marie. “Pensábamos que así nos veíamos más grandes”.

Marie fumó durante 40 años, aunque varias veces intentó dejar el hábito. Dejaba de fumar hasta por 9 meses seguidos, pero cuando ocurría algo, como un problema en el trabajo o un inconveniente con sus hijos, inevitablemente desencadenaba una reincidencia.

Esta madre de dos hijos fumaba dos paquetes por día. “Era teclista en una agencia de bolsa en la Ciudad de Nueva York, y en esa época, se podía fumar en la oficina”, cuenta Marie. Pero también reclutaba colegas para ir a caminar y hacer ejercicio a la hora del almuerzo. Fue durante esas caminatas que Marie sintió que algo no estaba bien. “Mis piernas se estaban poniendo rígidas”, recuerda.

Aunque estaba preocupada, no pensó que el problema fuera grave. Pero los síntomas siguieron empeorando y fue al médico. En 1993, se le diagnosticó la enfermedad de Buerger, un trastorno vinculado al consumo de tabaco que provoca el bloqueo de los vasos sanguíneos de las manos y los pies y puede ocasionar infección o gangrena. Tardó un año en confirmarse el diagnóstico. “Sentía tanto dolor que tenía que tomar analgésicos todos los días”, comenta Marie.

Con el tiempo, fue necesario amputarle partes del cuerpo, como los pies, yemas de los dedos y la parte inferior de las piernas. “A los 44 años, me amputaron la mitad del pie derecho. A los 45, me amputaron la pierna izquierda desde debajo de la rodilla. Después siguieron los dedos”.

En el 2006, Marie dejó de fumar para siempre con la ayuda de parches. “Quiero ver crecer a mis nietos y bisnietos”, dice. Hoy, a los 62 años, Marie es una voraz lectora y le encanta pasar tiempo con amigos. A través de la campaña Consejos de exfumadores®, Marie espera que al contar su historia otros fumadores se sientan motivados a dejar de fumar. “Si tuviste un intento fallido, vuelve a intentarlo una y otra vez”, insiste.