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Creando estilos de vida sanos

Adictos al sexo: la angustia de quien no puede quitárselo de la cabeza

Una de las cosas que más le sorprendió descubrir a Lars von Trier cuando rodaba su peculiar visión de la dependencia de los placeres carnales, Nymphomaniac (2013), fue el enorme sufrimiento que conlleva este tipo de adicción a los que la padecen. Steve McQueen, director de Shame (2011), esa triste cinta que narra el viacrucis de un adicto al sexo en la ciudad que nunca duerme, declaraba a la revista Salon en una entrevista, “Brando –el protagonista- vive en Manhattan, en esa metrópolis de excesos y libertad. Tiene un buen trabajo, es atractivo, tiene dinero, pero con todas esas posibilidades crea una prisión a través de sus actividades entorno al sexo (…). La película no está exenta de una cierta denuncia porque es urgente, hay que hablar sobre la pornografía en Internet y cómo nos afecta, cómo navegamos en esa masa de contenido sexual”.
La historia del cine ha demostrado un tímido interés en esta tipología humana, personajes que ven como sus existencias se derrumban por lo que otros pagarían por tener en pequeñas dosis: deseo. Y eso que el argumento da para mucho, pero la lista de películas es escasa: Belle de Jour (1967), Entre las piernas (1999), Diario de una ninfómana (2008) o Filth (2013), son algunos de los intentos, por parte de la gran pantalla, de describir la poco mediatizada obsesión por el sexo. Adictos a las sombras es otra aproximación al problema, solo que esta vez es en forma de libro, firmado por José Manuel de la Torre y editado por Laertes (2015). Como se explica en la solapa de la obra, “cuando los expertos quieren conocer las cifras referentes a la adicción al sexo se encuentran con un problema. O no existen o son vagamente estimativas. Esta no es una adicción cualquiera, su incidencia no puede medirse en miligramos en sangre. Además, el número de individuos que reconocen su problema es mucho más reducido que en otras adicciones, y los que buscan ayuda para poder salir de él es un grupo todavía más pequeño”.
Entrevistar a siete adictos al sexo, todos hombres, y a la ex mujer de otro, no fue tarea fácil para José Manuel, en parte por el argumento, tan contundente, que uno de ellos da en el libro, “vivimos en una sociedad hipócrita. Me indigna que la enfermedad mental sea menos respetada y asumida que la física. Se tiene compasión por algunas enfermedades físicas, pero a un adicto al sexo se le considera un vicioso. Es un mundo hipócrita, que condena y potencia la adicción al mismo tiempo”.

Fuente: https://smoda.elpais.com/moda/adictos-al-sexo-problemas/