Adicción: «Robaba, manipulaba, mentía, vendía todas mis cosas de valor…” Categoría: Adicción
Con sólo 13 o 14 años. Empecé a consumir dejándome llevar por las juntas de amistades que tenía por aquel entonces, de las cuales el 90 por ciento o están muertos o presos. Entre ellos, un hermano que falleció con 18 años por sobredosis. En esos momentos no era muy consciente del problema en que me estaba metiendo…Sentía muy baja autoestima, y me abandoné, ni me aseaba. Mi actitud cambiaba cada vez a peor con el tiempo.Al cumplir mi primera condena de 6 meses, con 17 años ya había pasado de los porros a las pastillas y a meterme heroína por la nariz y, al poco tiempo, por la vena. Y al llegar a ese punto de inyectarme heroína intravenosa, los problemas fueron en aumento. Empecé a perder valores y a volverme más irresponsable y manipulador. Sentía muy baja autoestima, y me abandoné, ni me aseaba. Mi actitud cambiaba cada vez a peor con el tiempo.
Combiné el consumo de otras sustancias por dejarme llevar con las personas que me juntaba. Empezaba con los porros, luego pasaba a las pastillas, luego a la heroína intra-nasal, luego intravenosa… Ahí los problemas se agravaron mucho porque para conseguir mi dosis tenía que robar, manipular, engañar hasta acabar preso. A partir de los 17 tuve unos años de entrar y salir de la cárcel en numerosas ocasiones.
Luego tomé metadona pero recaí en la cocaína por vía intravenosa y ahí empecé a degradarme físicamente, psicológicamente, hasta el punto que todo me daba igual. Era egoísta por no importarme mi familia, no querer responsabilidades, aunque tampoco podía. Tenía unas gafas de madera que no me permitían ver la realidad o, mejor dicho, no tenía el coraje de afrontarla.
La adicción me afectaba en todos los sentidos. Me aislaba de la sociedad y, al mismo tiempo, también la sociedad, las personas que no veían mi enfermedad como tal, no me aceptaban. Notaba una total desconfianza hacia mí, cosa que era normal por mis actitudes: yo no era de fiar. Mi aspecto se degradó de tal manera que se me notaba de lejos que era toxicómano. No era capaz de afrontar ninguna responsabilidad, ni de trabajo ni de nada de nada.
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