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Creando estilos de vida sanos

Así superé mi adicción al juego y a las apuestas deportivas: "Tenemos una bomba en las manos y, cuando explote, nadie se hará responsable"

Daniel (nombre ficticio) lo llegó a ver todo oscuro cuando se suponía que estaba en la mejor etapa de su vida. Con apenas la veintena era víctima de algo que nadie le explicó que le podía suceder. El juego lo era todo. Poker online, ruleta o apuestas deportivas copaban sus días. Trabajaba, exclusivamente, para gastarlo en eso. Por suerte ha rehecho su vida y mira al futuro con optimismo y, además, de forma generosa porque ayuda a otros jóvenes a tratar de salir de ese mundo en una asociación de jugadores en rehabilitación. Las administraciones están enfrascadas en los tribunales o en los despachos para tratar de definir cómo poner coto al aumento de los estímulos al juego en nuestra sociedad, al "¡apuesta, apuesta, apuesta!" o a la proliferación de casas de apuestas en plena ciudad. De hecho, ante las amenazas de la Junta. Daniel, que sabe bien de lo que habla, ofrece un duro testimonio y avisa: "Tenemos ahora mismo una bomba en las manos y nosotros decidimos si la queremos pagar o la queremos explotar. Por lo que veo, lo único que se quiere es explotar. Y, cuando explote, nadie se hará responsable".

Hace un par de años entré en una asociación de jugadores de azar en rehabilitación y comencé a tratar de reconstruir mi vida, que era un desastre completamente. No dormía, tenía ansiedad, constantemente pensaba de dónde sacar dinero. Mi vida con veintipocos años era un desastre, pero siguiendo las pautas de la asociación y del tratamiento conseguí terminar mis estudios. Yo no me escondo de lo que he hecho, pero tengo que mirar más por mi futuro. También me encuentro como ayudante de monitor en la asociación. Me dieron la oportunidad y dedico parte de mi tiempo a ello.

Pienso que, por muy bien formado que estés, siempre puede haber algo para lo que no estés preparado. A mí siempre me habían hablado del alcohol, de la droga, del tabaco, de esas cosas. Pero del juego nadie me habló. Nadie me dijo que, de algo que podría ser divertido y lúdico, como ver un partido, se podría sacar beneficio. ¡Claro que se puede sacar beneficio! Pero nadie me explico que ese beneficio, a largo plazo, sería un problema serio, una deuda personal o una deuda monetaria que nadie me explicó. Entonces, llegas a un sitio en el que tienes muchas de las respuestas que necesitabas. Desde que estoy en la asociación creo más en que es mejor ser preventivo, en atajar el problema. La poca información a jóvenes, y menores incluso, a mí me llevó a donde me llevó. Es cierto que conseguí que en un sitio me informaran de lo que me estaba pasando y de lo que me podría pasar. Y que había solución. Con apenas 20 años, no veía nada claro qué hacer.