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Creando estilos de vida sanos

EL SÍNDROME DEL «NIÑO EMPERADOR» GENERA NIÑOS AGRESIVOS

¿Qué es el “síndrome del niño emperador”?

Este síndrome, también llamado “síndrome del niño tirano” suele afectar a niños entre 10 y 17 años que presentan conductas desafiantes y agresivas, tanto verbales como físicas, hacia sus propios padres. Suelen ser hijos únicos y tienen una actitud autoritaria y mandona.

Los “niños dictadores” utilizan dicha conducta para conseguir sus objetivos y lograr que sus padres hagan caso a todos sus caprichos. De forma que pasan a ser ellos los que toman las decisiones en casa: desde decidir lo que se comerá ese día, lo que se hace en el tiempo libre, quien hace las tareas de casa, etc.

Para conseguir la autoridad utilizan la manipulación y pueden llegar a hacer chantaje, tener conductas violentas, insultar y gritar, etc.

¿Cómo detectar a un “niño dictador”?

Estos niños suelen tener baja capacidad de empatía y ciertos rasgos narcisistas. Esta mezcla hace que no sean capaces de ponerse en el lugar de su padre o madre en el momento que ejerce la manipulación, y tan solo se centren en conseguir sus propios objetivos.

También tienen baja tolerancia a la frustración y cuando no logran sus objetivos pueden tener dificultades para regular sus emociones, haciendo grandes rabietas y teniendo conductas emocionalmente desmesuradas. Además de manifestar un pobre autocontrol que influye en la falta de capacidad para regular sus conductas violentas hacia los demás.
El joven emperador domina a los padres

¿Qué causas fomentan la aparición de dicho síndrome?

La causa principal señalada se centra en el motivo psicosocial y descarta el biológico. Por lo tanto, en la aparición de dicho síndrome tendría mucho que ver el estilo educativo ejercido por los padres. Un estilo educativo demasiado permisivo puede hacer creer a nuestro hijo que “todo vale”.

Es importante marcar unos límites claros y estables, unas normas de convivencia para poder hacer entender a los niños que las normas nos van a acompañar a lo largo de nuestra vida: en el trabajo, normas viales, leyes, etc.

La educación afectiva también es importante para prevenir estas conductas. Poder acostumbrar a nuestros hijos a compartir y jugar con otros niños, además de ejercitar la inteligencia emocional, para evitar la intolerancia a la frustración, y aumentar las capacidades de gestión emocional.

¿Qué hacer ante un niño con “síndrome del niño emperador”?

Lo primero, y más importante, es establecer límites y normas. Éstos han de ser claros y estables, no podemos modificar las normas sobre la marcha ya que entonces el niño cree que puede ir cambiando las normas para salirse con la suya.

Lo segundo, castigar cuando exista una mala conducta y reforzar cuando se haga una cosa positiva. Es necesario que el niño pueda aprender a través de un castigo proporcionado, aunque también debemos señalar su lado más positivo (logros, capacidades y habilidades).

Y, por último, dar responsabilidades proporcionales a la edad del niño. Para poder aprender el esfuerzo que requiere conseguir los objetivos.

En caso de que sea necesario, y que resulte imposible enderezar la situación, se aconseja pedir ayuda de un profesional.