Del Alivio al Abismo: Testimonio Real de una Lucha Contra la Adicción a los Medicamentos
Mi adicción a estas pastillas empezó como un consumo recreativo para ver qué se sentía. La primera vez que lo consumí sentí una tranquilidad tremenda, me costaba un poco respirar, pero nada de qué preocuparme. También me sentía desinhibido, pero de una manera más controlada que con el alcohol. Dependiendo de la cantidad, puedes sentirte levemente sedado, y en dosis altas es como si tuvieras un orgasmo largo durante el pico del efecto (alrededor de 5 minutos).
El problema fue que empecé a usarlo de forma recurrente, todo el tiempo, todo el día. También funcionaba como un antidepresivo bastante efectivo, siempre estaba de buen humor y cualquier cosa no me afectaba. En ese tiempo estaba bajoneado por el rechazo de una chica que quería mucho y también estoy pasando por la melancolía de padres ausentes, lo que detonó esta adicción.
En un corto tiempo empecé a generar una abstinencia demasiado rápido. Cada día tenía que igualar o subir 50 mg de dosis, lo que era preocupante, pues ya casi llegaba a los 1000 mg y tenía miedo de una sobredosis. La sobredosis es de lo peor, sientes que vas a conocer a Diosito. Se siente como si no pudieras respirar, el corazón se te sale del pecho y sientes una inquietud tremenda.
Lo que hice fue sentarme en una silla frente a una ventana y tratar de hacer ejercicios de respiración para aliviar los efectos de la sobredosis. Después de una hora se me pasó, pero después de eso me asusté y lo dejé por un tiempo. Pero recaí y seguí el consumo hasta el día de hoy que intenté dejarlo. Lo dejé de golpe, pero la abstinencia es la peor de todas, es como estar en el infierno pero vivo. Sientes que te duele todo el cuerpo, una migraña horrible, ansiedad y mal humor. Todo te molesta, hasta el más insignificante ruido. No puedes conciliar el sueño, tienes náuseas. Prácticamente te enfermas, y esta abstinencia te dura 7 días, siendo los 3 primeros los más fuertes.
Realmente no se imaginan lo duro que es la abstinencia. Si lo pudiera describir, la sensación es como estar preso en una celda fría y decadente, rodeado de personas peligrosas. Por ahora recaí y volví a consumir. Mi estrategia es dejarlo paulatinamente y apoyarme de medicina y hierba para sobrellevar la abstinencia.