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  • Colombia: La fórmula para rendir la cocaína

07 de febrero del 2013

Colombia no produce ni ingiere la cocaína más pura del mundo como se ha creído. Al menos eso indica el primer estudio realizado para detallar la composición química de esta sustancia que se consigue en el país y que fue socializado ayer por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y el Ministerio de Justicia, durante la entrega de resultados del Programa Antidrogas Ilícitas de la Comunidad Andina y la Unión Europea (Pradican).

La investigación, que recogió 373 muestras de cocaína en 13 ciudades con alta población universitaria, encontró que para hacer rendir la droga y menguar o potencializar sus efectos, sus productores están adulterando su composición química con otras sustancias.

En el 77% de estas muestras se encontró cafeína, un estimulante del sistema nervioso central; en el 53% fenacetina, un analgésico, y en el 22% levamisol, un fármaco que fue retirado hace más de 10 años de los mercados de EE.UU. y Canadá debido al riesgo de efectos secundarios graves en humanos y que hoy es utilizado por los veterinarios para desparasitar el ganado.

Otros de los compuestos encontrados fueron la aminopirina (analgésico que alivia dolores musculares), la lidocaína (anestésico), el diltiazem (medicamento contra la hipertensión) y la hidroxicina (fármaco para reducir las náuseas y disminuir la ansiedad). “El país desconoce qué consecuencias extras puede estar trayendo esa combinación entre la pasta de coca y estos fármacos para la salud de quien la consume”, dijo el jefe del Área Química del CTI, William Garzón, quien además hizo un llamado a la comunidad científica para investigar los efectos.

A esta realidad habría que sumarle que en Colombia uno de cada 14 universitarios (entre los 18 y los 25 años) ya han probado la cocaína y que el 2,1% de esta población es consumidora activa, según lo indicó el último estudio de consumo de drogas en universitarios de los países de la Comunidad Andina (Colombia Ecuador, Bolivia y Perú) presentado ayer en ese mismo auditorio. Colombia aparece como el mayor consumidor de esos cuatro países y la marihuana, como la droga ilícita, la más utilizada.

Por primera vez un informe de este tipo, realizado en Colombia, ubicó el consumo de ácidos (LSD, Dietilamina de Ácido Lisérgico) en el segundo lugar, superando al de cocaína: mientras en 2009 el 0,9% de los universitarios declararon ser consumidores de LSD, en 2012 la cifra aumentó al 3,1%.

“Desde los 80 Colombia ha pasado de ser un país productor a uno consumidor. Es preocupante que ahora el LSD y las drogas sintéticas estén ganando terreno, tenemos que diseñar estrategias inteligentes de prevención y de salud pública para combatir este consumo. Los jóvenes están experimentando con drogas de fácil acceso en el mercado, desconociendo sus compuestos y arriesgándose incluso a morir”, dijo el viceministro de Política Criminal, Farid Samir Benavides.

El LSD, conocido en la calle como ácido o papel, es una droga psicodélica semisintética que se obtiene principalmente de los hongos. Es conocida por sus efectos psicológicos, entre los que se incluyen alucinaciones, sinestesia, percepción distorsionada del tiempo y disolución del ego.

Según el médico toxicólogo Jairo Alonso Téllez, especialista en farmacodependencia y director del grupo de sustancias psicoactivas de la Universidad Nacional, los LSD son “sustancias sintéticas muy destructivas que producen alucinaciones fuertes y despersonalización, que quiere decir que le permite al joven salirse de sí mismo y estar observándose. Son unas imágenes terroríficas que pueden llevar incluso al suicidio”.

Para algunos especialistas, que el consumo del LSD se haya disparado puede responder más a una moda cíclica que a la pérdida de protagonismo de la cocaína. Es el caso del psiquiatra y coordinador del Centro de Adicciones de la Clínica Monserrat, Jorge Alberto Aldaz: “Lo que veo en la clínica no es que el LSD haya desplazado a la cocaína, sino que está volviendo a ponerse de moda. Esta es una droga que tiene sus épocas, pero nunca ha tenido un consumo muy alto. En los 70 fue muy fuerte, regresó en una época de los 90 y ahora pasa lo mismo, pero no creo que desplace a la cocaína”.

Aunque el incremento en el consumo del LSD en el país prende las alarmas, según Francisco Cumsille, director del observatorio Interamericano de Drogas de la OEA y quien lideró la presentación del informe, el problema que merece mayor atención es la ingesta de alcohol al ser el indicador más preocupante.

Un 95,6% de los estudiantes lo han probado en algún momento de su vida y un 84,8% declararon haberlo tomado en el último año. Además, uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres registran un consumo perjudicial del alcohol, lo que evidencia serios síntomas de dependencia.