21 de September del 2012
Nunca como ahora se habían ofrecido tantas formas distintas de metanfetaminas en Jalisco, tan variadas, advierte el coordinador del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (Sisvea), Luis Javier Robles Arellano, que lucen, cada vez más, como inofensivos dulces de colación.
Puede hablarse de dos grandes presentaciones en lo que respecta a este tipo de droga sintética: las pastillas o tabletas (“tachas”) y el cristal, una especie de sal o sustancia granulada. Las primeras, más propias del ambiente nocturno, festivo o recreativo (el antro); el segundo, emparentado con la comisión de delitos y respuestas agresivas. Ambos se están produciendo en Jalisco, el segundo Estado con más laboratorios clandestinos del país, superado por Sinaloa, seguido por Michoacán.
Robles Arellano se refiere en este apartado particular a las primeras, las pastillas o “tachas”, cuya paleta de colores se ha diversificado desde la ilegalidad. Azules, amarillas, naranjas… tonos tan variados como las figuras con que ahora se maquilan las pastillas; algunas adoptaron aspectos tan inocuos y atrayentes como el de un corazón diminuto; otras se decoran con una carita que sonríe al usuario de la droga o con cualquier otro dibujo amistoso.
“Pero las empezaron a hacer cada vez más potentes, con un efecto más duradero, un efecto más rápido, y empezamos a tener mayores problemas de consumo”. Las metanfetaminas se han posicionado como la quinta droga de mayor uso en Jalisco y la de mayor crecimiento en su consumo.
Tantos productos distintos de metanfetaminas hablan, para la autoridad estatal, de un interés por ampliar este mercado, incluso dirigiéndose a usuarios desde la diferenciación de sus perfiles, como sucede con la estrategia mercadológica de un producto legal cualquiera.
Por eso, dice el coordinador del Sisvea, algunas de estas presentaciones de metanfetaminas se posicionan para fungir como versiones “de caché”, para consumidores que se asumen pertenecientes a grupos más exclusivos y alimentan sus necesidades de estatus social.
Otras, con formas infantilizadas, pueden dirigirse a compradores que buscan sustancias que no les causen daños, pese a que contienen los mismos principios activos básicos de esta droga ilegal, que en sí mismos son adictivos y dañinos a la salud, además de que son producidas sin ningún control sanitario: nadie puede, por tanto, saber con certeza lo que está ingiriendo.
Otros factores que influyen en el consumo
Para el director del Centro de Estudios de Alcoholismo y Adicciones de la Universidad de Guadalajara, Octavio Campollo Rivas, además del alojamiento de la producción en el Estado, otro de los factores detrás del uso de las metanfetaminas es que no se haya logrado posicionar aún como una droga dañina, sino que sus usuarios suelen creer que son inofensivas y buen aliciente para los momentos de recreación y fiesta, sobre todo en su presentación de “tacha” o pastilla.
También está la competitividad del precio de las metanfetaminas ante las drogas de mayor uso. El cristal puede encontrarse a un precio inferior al de la cocaína pero, más importante, el efecto del primero es más prolongado que el de la segunda, hasta por 12 horas, lo que lo vuelve atractivo para jóvenes de escasos recursos económicos.
Información de los Centros Nueva Vida señala que una “lata” de mariguana ronda los 30 pesos (suficiente para seis o siete cigarrillos); un gramo de cocaína, los 100 pesos; la metanfetamina en cristal cuesta entre 80 y 120 pesos por una dosis (menos de un cuarto de gramo) y, una “tacha”, alrededor de 50 pesos.
A esto se sumarán otras causas más particulares: la necesidad de esquivar problemas personales de la juventud, encajar en un círculo que utiliza esa droga, la tendencia a experimentar nuevas sensaciones, etcétera.
El Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, también ha hablado del incremento en el poder adquisitivo de los mexicanos, lo que hace al país un mercado creciente para bienes tanto legales como ilegales: si en la década de los noventa el ingreso per cápita era de dos mil dólares en promedio, ahora es superior a 10 mil dólares.
A esto se agrega que la mitad de la población tiene 26 años o menos de edad (un país joven), y que anualmente dos millones de jóvenes llegan a los 15 años, es decir, al “mercado potencial” de las drogas.
MÉXICO
La Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) detectó de 2002 a 2008 un aumento en la prevalencia del uso de drogas ilegales de alguna vez en la vida (de 12 a 65 años) de 5.03% (3.5 millones de mexicanos) a 6% (4.5 millones de mexicanos). El consumo de metanfetaminas pasó de una prevalencia de 0.1 a 0.5.
TOP #2
A escala mundial, los ATS son la segunda droga de mayor consumo, sólo después de la mariguana, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2011, de la UNODC.
A 203 MILLONES
En comparación, la mariguana, en la cúspide, fue consumida por entre 125 y 203 millones de personas en el mundo, una prevalencia de 2.8% a 4.5% del mismo rango de edades.
JALISCO
En Jalisco la prevalencia de uso de una droga ilegal alguna vez en la vida fue de 5% en 2008 (por vez primera se rindieron informes estatales). El uso de metanfetaminas fue de 0.7 (estimulante tipo anfetamínico), y estuvo sólo por debajo de la mariguana (4.1%) y la cocaína (1.9%).
HASTA 56 MILLONES
Hay dos subgrupos de ATS: las anfetaminas (metanfetaminas y metcatinona) y el éxtasis. El primero fue consumido por entre 14 y 56 millones de personas en el mundo en 2009, lo que representa una prevalencia de 0.3 al 1.3% de los individuos entre 15 y 64 años.
DE ARRIBA A ABAJO
También se genera noradrenalina, relacionada con la vigilia y alerta y con la reacción rápida ante estímulos externos; cuando la sustancia disminuye, no obstante, produce depresión.
EFECTOS
Su consumo hace que se liberen cantidades anormales de neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina, lo que lleva a un incremento de la sensación de placer y motivación.
CALOR Y SUDOR
Con más serotonina liberada se altera y aumenta la temperatura corporal, lo que produce gran sudoración, un síntoma bien conocido por los usuarios. La serotonina es el “termostato” del cuerpo humano.