16 de April del 2012
Si es fumador de largo recorrido seguro que hace tiempo que lo nota en el bolsillo, pero quizás no se haya parado a echar cuentas: la cajetilla le cuesta ahora el doble que hace diez años.
La subida ha ido en pequeños incrementos. El más reciente, esta misma semana: marcas como Winston o Camel han sido las últimas en sumar 25 céntimos en su precio para compensar por la modificación fiscal aprobada por el Gobierno que, según las tabaqueras, supone una "subida encubierta de impuestos".
Los continuos aumentos del precio, bien por las subidas impositivas o bien por decisiones propias de las compañías, así como la disminución de las ventas en los últimos diez años, se han visto fuertemente acentuadas a partir de 2008. La llegada de la crisis económica y más tarde la aplicación de la ley antitabaco, que entró en vigor en España en enero de 2011 y prohíbe fumar en espacios públicos, no han hecho más que potenciar esta situación.
Las ventas de cigarillos se situaban a principios de año en mínimos históricos, tras registrar un descenso del 16,7%. En los últimos tres ejercicios el sector ha perdido un tercio del mercado.
Mientras, el precio de los cigarrillos ha aumentado un 100% en los últimos diez años, según los datos publicados en el BOE sobre los precios de venta al público de tabaco. Por ejemplo, en 2002, un paquete de Marlboro costaba 1,95 euros; hoy vale 2,55 euros más. En la míma línea, marcas como L&M y Chesterfield son ahora 1,9 y 2,2 euros más caros, y las de Altadis, Fortuna y Ducados, han subido su precio en 2,10 euros respectivamente.
Pero el gran repunte se ha producido en tan solo cuatro años, coincidiendo con la crisis económica, en los que los precios se han encarecido un 60% de media.
En este período, además de las subidas de impuestos aplicadas, hay que señalar el impacto de las reformas legales que han afectado al consumo, como el endurecimiento de la ley antitabaco en enero de 2011, que llevó a las compañías tabaqueras a registrar una caída en sus ventas e iniciar la famosa guerra del tabaco.
El sector se montó en una montaña rusa que hizo que en un corto período de tiempo encarecieran sus precios, bajándolos una semana después y finalmente subiéndolos de nuevo en una batalla por mantener la competitividad en un mercado cada vez más ajustado.
Desde Altadis apuntan que la última modificación fiscal del Gobierno sobre los cigarrillos -que baja en dos puntos, del 57% al 55%, el tramo "ad valorem" (que depende del precio de venta), al tiempo que se incrementa un 49,6% el específico, de 12,7 euros por 1.000 cigarrillos a 19 euros- "ha llevado a un completo agotamiento en el sector" y afirman que "ya no existe recorrido para seguir subiendo impuestos".
Las previsiones sobre el encaminamiento del sector que apuntan desde Altadis son "parecidas" a lo ocurrido en los últimos años. "La solución hubiera sido haber dejado la fiscalidad como estaba durante al menos dos años y esperar a que el mercado se recuperara", lamentan.