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Te hablamos de las adicciones
  • Luces y sombras de Beverly Johnson, la primera modelo negra portada de ‘Vogue USA’: “Mi dieta era cocaína, un plato de arroz y dos huevos por semana”

31 de diciembre del 1969

Aunque puede que muchos no conozcan el legado que Beverly Johnson (Búfalo, 71 años) ha dejado en la industria de la moda, la supermodelo, quien fue la primera mujer negra en aparecer en la portada de Vogue USA, es un mito en Estados Unidos. Considerada por The New York Times como una de las personas más influyentes en el mundo de la moda de este siglo y el pasado, Johnson no está conforme con el trato que ha recibido en su larga trayectoria en el modelaje y en el sector audiovisual. Así lo ha dicho en numerosas ocasiones, como en su libro de memorias, y lo ha vuelto a rememorar ahora en una entrevista para Page Six, en la que también ha recordado sus demonios dentro de la industria, y cómo llegó a sentirse presionada a consumir drogas y someterse a estrictas e insalubres dietas entre los años setenta y noventa. “Nos hicieron creer que la cocaína no era adictiva. Todo el mundo consumía drogas entonces, y no éramos conscientes de sus consecuencias. Pero esa droga era especialmente utilizada por las modelos porque no comíamos”, ha admitido al medio estadounidense. La también actriz estrena en febrero en Nueva York Beverly Johnson en Vogue, un nuevo espectáculo en el que habla, al igual que en su libro Beverly Johnson: The Face That Changed It All (2015), de su trayectoria profesional, su familia, sus amantes y su infancia en Búfalo, además de rendir homenaje a las mujeres legendarias que vinieron antes y después que ella. Todo comenzó en 1970, cuando la supermodelo firmó un contrato con la popular agencia de Eileen Ford. A los 19 años, tenía grandes esperanzas en sí misma y se atrevió a preguntarle a su agente si podía aparecer en la portada de la prestigiosa Vogue USA. “¿Quién te crees que eres, Cleopatra?” fue la respuesta que recibió de inmediato, según cuenta en el guion de su próximo espectáculo. A lo que ella contestó: “Eso es exactamente lo que creo que soy”. Cuatro años después lo consiguió, y este 2024 celebra el 50º aniversario de convertirse en la primera mujer negra en aparecer en la portada de la revista más prestigiosa de moda en Estados Unidos. Johnson asegura en Page Six que se sintió presionada a esnifar cocaína para “matar el apetito” después de que los dueños de la industria de la moda la animaran a lucir “cincelada hasta los huesos” para la famosa foto: “Simplemente, me detenía y me daban temblores. No comía y cada vez que iba a trabajar me decían: ‘¡Sí! Cincel hasta el hueso, chica’ a modo de felicitación. En realidad, nadie dijo la verdad”. “Recuerdo que comía dos huevos y un plato de arroz integral a la semana. Recuerdo estar temblando en un taxi e insistirle en que me detuviera para conseguir una bolsa de MDMA”, confiesa. Gracias a su madre, y después de años inmersa en las adicciones, Beverly Johnson ganó la batalla: “Me hizo salir de la bañera y me puso desnuda frente a un espejo de tres caras. Fue la primera vez que vi mis huesos mirándome. Mis huesos como los de un niño en Biafra. Fue una gran llamada de atención para mí”. La trayectoria profesional de Beverly Johnson ha sido de lo más variopinta; de sus inicios como modelo a debutar con grandes productores del cine y la televisión americana. Incluso llegó a sacar un disco en 1979, que no tuvo especial éxito. Durante las décadas de los setenta y ochenta apareció en más de 500 portadas de revistas. Un protagonismo que marcó un antes y un después en un país especialmente azotado por el racismo. En 2020, en un artículo de opinión para el periódico The Washington Post, la supermodelo afirmó: “Yo fui la primera negra en portada de Vogue, pero la industria de la moda aún no ha arreglado la cuestión racista. El silencio de la raza era entonces, y sigue siéndolo, el coste de admisión en los más altos niveles en la industria de la moda”. Johnson demandó peluqueros, maquilladores y fotógrafos negros, pero la mayoría de las veces sus peticiones no tuvieron éxito. El mundo de la moda, como todos, cambiaba lentamente. “Mi raza limitó mi retribución significativamente, menor que la de mis colegas blancos. La industria tardó en incluir a más personas negras en otros aspectos de la moda y la belleza”. Precisamente, su carrera como top model no se entiende sin su papel fundamental en el activismo por los derechos civiles, y su desmedido intento por abrir las puertas a otros modelos negros. Aunque luego aparecería tres veces más en la portada de Vogue (medio que dijo de ella en 2016 que “rompió el techo de cristal en la moda”), la histórica primera vez de Johnson le valió un lugar en la historia y le dio al modelaje una de sus mayores estrellas. Eche un vistazo a las muchas veces que Johnson apareció en las páginas de Vogue y cómo sus imágenes icónicas han resistido la prueba del tiempo. Pero a pesar de formar parte del elenco de supermodelos, junto con Linda Evangelista, Naomi Campbell u otros nombres populares que supusieron un hito en la moda del siglo pasado, para Johnson la inclusión sigue siendo una tarea pendiente. Su dedo ha señalado en más de una ocasión a Anna Wintour, directora de la revista y consejera internacional de todas las publicaciones del grupo Condé Nast (Vogue, Glamour, Vanity Fair...). Cree que la gran dama de la moda tiene el poder suficiente como para hacer cambios y crear nuevas tendencias inclusivas. Tanto, que ha pedido que establezca la llamada “regla Beverly Johnson” por la que, siempre que haya vacantes para un puesto, sobre todo de responsabilidad, se entreviste a personas negras para ocuparlo. Dos matrimonios, un embarazo, una agresión y amenazas de muerte La vida sentimental de la modelo se ha caracterizado por sus caras y sus cruces. Se casó muy joven con un agente inmobiliario, Bill Potter. En 1977 contrajo matrimonio de nuevo con Danny Slims, un hombre de negocios con el que tuvo su única hija. Dos años después, se divorciaron. En los noventa, mantuvo una relación sentimental con Chris Noth ?Mr. Big en Sexo en Nueva York?. Estuvieron cinco años hasta que rompieron en 1995, cuando la supermodelo pidió una orden de alejamiento tras golpearla y amenazarla de muerte. “Chris Noth me golpeó en el pecho y las costillas, lastimándome las costillas, dificultando la respiración, golpeando y magullando mi cara y cuerpo y tuve que tener atención médica”, tal como recogió entonces Page Six. La resolución de la denuncia se hizo pública en octubre del mismo año, en la que el juez aprobó un distanciamiento de 500 metros, que se alargó hasta 2017. “Hizo repetidas amenazas contra mi vida, haciendo hasta 25 llamadas por día, amenazando con matarme. A mí y a mi perro”, llegó a aclarar en aquel momento.