31 de diciembre del 1969
A lo largo de este año se diagnosticarán unos 31.200 casos de cáncer de pulmón en España, según las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Se trata de uno de los tumores más frecuentes y, también, de los más devastadores: en muchas ocasiones, su capacidad para permanecer silente, sin dar síntomas hasta que la enfermedad está avanzada, lastra el abordaje terapéutico. La supervivencia global a cinco años apenas alcanza el 13%, aunque el pronóstico de cada paciente depende mucho del apellido que lleve ese tumor. Dentro del saco del cáncer de pulmón conviven, de hecho, “muchas enfermedades diferentes”, matiza Joaquín Mosquera, oncólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC). “Cada paciente es un mundo”, dice, y el curso que sigue la enfermedad puede ser radicalmente distinto según el subtipo de tumor que se manifieste. Mosquera (A Coruña, 37 años) reivindica que, pese a la complejidad de este cáncer, sí ha habido avances científicos que han ido dando pequeños pasos para mejorar la supervivencia. Uno de los últimos estudios en los que él mismo ha participado, por ejemplo, el NADIM II, ha constatado la eficacia de una combinación de inmunoterapia y quimioterapia antes de someterse a la cirugía para un subgrupo de pacientes con enfermedad avanzada —en estadio III-A—. La investigación, coordinada por el Grupo Español de Cáncer de Pulmón y publicada en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, mostró que los pacientes a los que se les administró el combo de fármacos tuvieron una supervivencia mayor que los que recibieron solo quimioterapia: un 85% de los pacientes estaban vivos a los dos años frente al 63% con el enfoque tradicional.