17 de September del 2013
A los 12 años Itzel tuvo su primer contacto con el alcohol y el cigarro y a los 13 probó los hongos alucinógenos y otras drogas que la llevaron a un estado de destrucción, que llegó a su fin cuando ingresó a un grupo de Alcohólicos Anónimos (AA), en el que recuperó su estabilidad física y mental y al que piensa seguir asistiendo el resto de su vida. Hoy, con 18 años y a punto de terminar la educación preparatoria, Itzel asiste de manera regular a escuelas o centros escolares a repartir información sobre las adicciones y los grupos de Alcohólicos Anónimos a fin de apoyar a más jóvenes como ella que están enfrentando una situación difícil.
"Lo difícil no es probar -la droga a mí me la conseguían mis amigos o mis anteriores parejas sin pagar-, lo difícil realmente es darte cuenta que esto te puede acabar y tomar la decisión de salir. Yo tengo que seguir en este grupo toda la vida porque en el momento en que falto a una de mis sesiones regresa a mí la intención de consumir", señaló.
Entrevistada en las instalaciones de la Unidad de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana, en donde asistió para repartir información de los centros AA, Itzel explica que su familia le hizo ver que su vida corría peligro si continuaba drogándose, y la ingresó a un anexo en la ciudad de Coatepec. "Mucha gente habla de los abusos que cometen en estos lugares, pero puedo decir que es como todo, hay reglas que hay que respetar y quienes no las respetan reciben sanciones, pero nunca golpes o abusos", dijo.
Tras salir del anexo la joven ingresó a un grupo de Alcohólicos Anónimos, al que asiste desde hace siete meses y en el cual se ha integrado de manera formal al grado de que es ella quien apoya a otros jóvenes en el proceso de información sobre el alcoholismo y la drogadicción.
"Lo que quiero es que los jóvenes sepan que la vida se disfruta mejor si estás sobrio, todo las maravillas que te dicen algunas personas sobre las drogas para que consumas no son más que mentiras. Las drogas te llevan a un camino de destrucción, del que es muy difícil salir", finalizó.
Por su parte, Félix, quien lleva más de 45 años en la agrupación, dio a conocer que cada vez ha disminuido el promedio de edad en la que ingresan jóvenes a Alcohólicos Anónimos al grado de que hay chicos de 12 y 13 años que llegan de propio pie a recibir terapias debido a que ya han "tocado fondo" en su problema con el alcohol o las drogas.
Entrevistado en el marco de la primera Semana Nacional de Alcohólicos Anónimos para los Jóvenes, que se lleva a cabo del 9 al 15 de septiembre, el integrante añadió que las asistentes del sexo femenino también se han incrementado, ya que actualmente, 15 por ciento de las personas que asisten a alguno de los 100 centros de AA en Xalapa son mujeres.
"Lo preocupante es que están llegando muchachos y muchachas cada vez más jóvenes. Tenemos desde los 13 años de edad y ya tienen problemas graves de adicción, lo que indica que el primer contacto lo tuvieron mucho antes de esa edad", detalló.
Félix, padrino de otros jóvenes AA, hizo un llamado a la población en general a buscar ayuda en caso de estar sufriendo una adicción de este tipo, ya que, dijo, este problema no solo afecta de manera física y emocional a la persona que la padece, sino que trae consigo consecuencias negativas para todo el entorno social del adicto. "Queremos que la gente se acerque a nosotros y que a través de la información y los cuestionarios sean ellos quienes se den cuenta que tienen un problema y que necesitan ayuda", finalizó.