26 de June del 2013
Un estudio reciente determinó que el sólo sabor de la cerveza era capaz de activar el centro de recompensa cerebral haciendo que el individuo aumente sus deseos de emborracharse, máxime si tenía antecedentes familiares de alcoholismo, efecto similar al del olor a café que invita a servirse una taza.
Con tan sólo ingerir una cantidad muy pequeña de la cerveza preferida a los individuos, por ser la que con mayor frecuencia ingerían, producía que se liberara dopamina en sus cerebros, La cual es un neurotransmisor que se encarga de controlar los centros de placer y recompensa a nivel cerebral. La cantidad de dopamina que se liberaba era mayor en las personas con padres o hermanos alcohólicos.
El autor del estudio, David Kareken, profesor de las Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, afirma que con esta demostración se pone en evidencia que con tan sólo la asociación del sabor, sin una cantidad significativa de alcohol, se puede inducir una respuesta de la dopamina.
Durante los últimos 20 años se han realizado estudios en ratas y ratones para mostrar la preferencia por el alcohol y cuáles neurotransmisores están dedicados a la preferencia del alcohol, los cuales se validan con el presente estudio.
Kareken, también afirma que se tiene una gran evidencia de que la genética afecta la química cerebral, siendo un factor de riesgo de la dependencia del alcohol.
Para el estudio se contó con un grupo de 49 hombres con edades promedio de 25 años, con buenas condiciones físicas y mentales, además de diestros, los cuales fueron sometidos a escaneo cerebral, ninguno de ellos tenía antecedentes de abuso de tabaco o drogas, pero sí una preferencia por beber cerveza en especial, por encima de otras bebidas alcohólicas. No fueron tenidas en cuenta a las mujeres ya que no fue posible encontrar participantes potenciales con preferencia por la cerveza que pudieran cumplir con los criterios del estudio.
En cuanto a preferir hombres diestros, fue debido a que la parte izquierda del cerebro es la encargada de la capacidad de lenguaje, por lo cual los participantes estaban en igualdad de condiciones para no alterar los resultados del estudio. Los datos sobre nivel social o económico, y etnia, no fueron tenidos en cuenta.
Para el estudio, se evaluaron los participantes mientras bebían 15 milímetros (alrededor de media onza) de cerveza de la marca que consumían habitualmente, y también mientras consumían Gatorade. Adicionalmente al sabor de la cerveza le fue mezclado una pequeña cantidad de alcohol (no suficiente para provocar efectos farmacéuticos) para que pueda asegurarse que los individuos en observación sientan un efecto cercano a lo que pudieran sentir bebiendo cerveza.
Al consumir la cerveza, los deseos de beber se aumentaban de manera significativa en comparación a cuando consumieron Gatorade. En los escaneos se reflejó cómo la dopamina era liberada con tan sólo el sabor de la cerveza, pero dicha cantidad de dopamina era mayor en los individuos con padres y hermanos alcohólicos.