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  • Las embarazadas que fuman hacen reducir el colesterol bueno del bebĂ©

20 de May del 2013

Según un estudio publicado en European Heart Journal, los investigadores australianos encontraron que las madres que fuman durante el embarazo provocan que los bebés en plena gestación tengan menos cantidad de colesterol bueno, es decir, aquel que protege de las enfermedades cardíacas.
 
Estos niveles de colesterol disminuido de hijos de madres fumadoras en etapa de embarazo se hacen visibles a la edad de 8 años, contrastando con los hijos de madres que no consumen cigarrillos; los primeros tienen un nivel de 1,3 milimoles por litro (mmol/L) y los segundos, 1,5 mmol/L.
 
El colesterol bueno, cuyo nombre científico es lipoproteína de alta densidad (HDL), juega el papel clave en la protección contra la aterosclerosos, enfermedad en la cual se acumula material graso en las paredes de las arterias, causando su estrechamiento y posteriormente su correspondiente bloqueo, produciendo a la larga problemas cardíacos e infartos.
 
En el caso del bebé en gestación, el hecho de presencia de tabaco en el organismo de la madre conlleva un alto riesgo a que el niño padezca de problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares, agregado una probabilidad de 10 a 15 por ciento más sobre los hijos de madres no consumidoras de tabaco.
 

Aparte de estos problemas de salud, ya se ha ampliamente comprobado que la presencia de tabaco en la madre durante y después del embarazo produce problemas de salud en los hijos asociados con trastornos de conducta y neurocognitivos, incluso el riesgo de muerte súbita infantil.
 
Pese a las campañas de prevención especialmente encaminadas a las embarazadas, no se ha logrado disminuir la presencia del tabaco durante el tiempo de gestación.
 
Para realizar este estudio, se analizaron los perfiles de salud de 405 niños e buen estado de salud en edad de 8 años, los cuales nacieron entre 1997 y 1999, que ya habían sido parte de un estudio previo sobre asma y enfermedades alérgicas.
 
Para las conclusiones se tuvieron muy en cuenta datos como los hábitos de la madre frente al tabaco antes y después del embarazo, la exposición al humo proveniente de terceros, altura y peso del individuo, así como la medida de su cintura y presión sanguínea.
 
Posteriormente se realizaron controles mediante ultrasonido para medir las paredes arteriales y su grosor, al igual que la toma de muestras de sangre para medir el nivel de lipoproteína de alta densidad.
 
Aún los niños afectados con el tabaco por parte de sus madres no tuvieron cambios en el grosor de sus paredes arteriales, pero sí niveles no normales del colesterol HDL.