09 de July del 2019
AnĂ³nimo
en los monos, la metanfetamina altera las estructuras cerebrales involucradas en la toma de decisiones y afecta negativamente la capacidad de eliminar los comportamientos habituales que se han vuelto inútiles o contraproducentes. Los dos efectos se correlacionaron, lo que indica que el cambio estructural es la base de la disminución de la flexibilidad mental.
Se ha demostrado que los consumidores humanos crónicos de metanfetamina difieren de los no consumidores de la misma manera que los monos expuestos a la droga difirieron antes y después de la exposición. El uso de monos como sujetos de estudio les permitió a los investigadores abordar un interrogante que no pueden resolver los estudios con seres humanos: ¿la droga causó esas diferencias, o estaban ya presentes antes de que los individuos empezaran a consumirla? Los resultados del estudio sugieren en forma clara que la droga es significativamente—si no completamente—responsable.
Antes y después de la metanfetamina
Un rasgo característico de la adicción a la metanfetamina es que el individuo adicto sigue consumiendo la droga a pesar de los efectos negativos en su salud y su vida social. Las pruebas psicológicas de individuos adictos han relacionado su dificultad para dejar de consumirla con una debilidad en el control inhibitorio, es decir, una capacidad reducida para dejar de repetir los comportamientos previamente aprendidos. Los estudios de imágenes cerebrales han demostrado también que, en comparación con los no consumidores, los consumidores crónicos de la droga tienen, en promedio, más materia gris en el putamen y menos materia gris en la corteza prefrontal.
Para aclarar las relaciones entre estas observaciones, el Dr. David Jentsch, las estudiantes de posgrado Stephanie Groman y Angélica Morales y sus colegas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) expusieron a 7 monos de Vervet machos adultos a la metanfetamina en un régimen de 31 días de dosis escaladas que simula el consumo humano crónico de la droga. Los investigadores evaluaron las facultades cognitivas de los monos antes, durante y después de la exposición a la metanfetamina y obtuvieron imágenes por resonancia magnética del cerebro antes y después de la exposición.
Antes de la exposición a la metanfetamina, los monos experimentales se desempeñaron tan bien en una prueba de control inhibitorio como los 7 monos control que recibieron solo inyecciones de solución salina. Cuando se les volvió a hacer la prueba después de 3 semanas en el régimen de metanfetamina, su rendimiento había disminuido significativamente. En la prueba, los investigadores entrenaron a los animales para señalar uno de tres símbolos para recibir una recompensa de fruta, y luego cambiaron la recompensa a otro símbolo. A los monos expuestos a la metanfetamina les tomó muchos más intentos hacer el cambio de señalar el primer símbolo a señalar el otro (ver imagen 1).
De manera similar, las resonancias magnéticas del putamen de los monos experimentales coincidían con las de los monos control antes de la exposición a la metanfetamina, pero diferían después de la exposición. El análisis de las imágenes reveló aumentos significativos en la materia gris en el putamen derecho.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la expansión de la materia gris del putamen podría explicar el desempeño afectado que tuvieron los monos. Una función principal del putamen es iniciar respuestas establecidas o habituales a situaciones o estímulos familiares. En la conformación normal del comportamiento, otras estructuras cerebrales—en particular la corteza prefrontal—inhiben funcionalmente al putamen de iniciar esas respuestas en circunstancias en las que son inapropiadas. Sin embargo, un putamen agrandado puede anular esta acción y desencadenar respuestas habituales incluso cuando son inútiles o nocivas.
Fuente: https://www.drugabuse.gov/es/news-events/nida-notes/2018/08/la-metanfetamina-altera-las-estructuras-cerebrales-y-perjudica-la-flexibilidad-mental