09 de October del 2018
Dr. Ricardo Ferreira
El uso de cocaína se prohibió desde 1914, pero a pesar de eso, en 2007 llego a 2 millones de personas en los EEUU.
Pronto se dieron a conocer sus numerosos efectos perjudiciales sobre el sistema cardiovascular.
En este artículo se describen dicha relación entre la cocaína y el sistema cardiovascular. Se tratan de formular recomendaciones específicas sobre las mejores maneras de enfrentar los efectos tóxicos cardíacos de la cocaína.
HIPERTENSIÓN.
Se halló que la vasoconstricción de lechos arteriales específicos era inducida por el efecto bloqueador de los canales de sodio por la cocaína. En un estudio clínico, la administración intranasal de 2 mg/kg de cocaína produjo aumento agudo del 10% - 25% de la presión arterial.
Existe profusa evidencia de la posible inducción de hipertensión crónica en adictos a la cocaína; esta induce daño endotelial y aumenta la fibrosis vascular. Además se demostró hipertrofia cardíaca y fibrosis mesangial renal en autopsias de adictos a la cocaína.
Sin embargo, se halló solo un 20% de prevalencia de hipertensión crónica en un estudio efectuado con 301 adictos a la cocaína. En el estudio CARDIA (Coronary Artery Risk Development in Young Adults), que investigó los efectos cardiovasculares alejados de la drogadicción en 3848 participantes, no se encontraron diferencias en las tasas de hipertensión crónica en los 1471 adictos a la cocaína durante 7 años en relación con el resto de la cohorte. No hay datos que expliquen esta controversia.
DISECCIÓN AÓRTICA
En el International Registry for Aortic Dissection (IRAD), que obtuvo datos de 17 centros internacionales, la prevalencia de adictos a la cocaína entre los casos de sección aórtica (DA) aguda fue de solo el 0,5%, pero dos estudios unicéntricos informaron el 37% y el 9,8% de prevalencia de adicción a la cocaína en casos de DA aguda, la mayoría en pacientes jóvenes.
Un estudio ecocardiográfico efectuado en adictos a la cocaína mostró reducción de la elasticidad aórtica y aumento de las dimensiones de la aorta torácica.
ISQUEMIA E INFARTO DEL MIOCARDIO Y ENFOQUE DEL DOLOR PRECORDIAL
La isquemia del miocardio inducida por la cocaína se produce por aumento de la demanda de oxígeno miocárdico como resultado del aumento del efecto inotrópico y cronotópico, que se acompaña inapropiadamente por vasoconstrucción coronaria y un estado protrombótico.
La aterosclerosis acelerada en adictos a la cocaína se demostró en un estudio de autopsias que comparó entre los no adictos y los adictos a la cocaína que murieron con trombosis coronaria aguda. Se halló aumento de la cantidad de mastocitos por segmento coronario en los adictos, sugestiva de un estado inflamatorio local aumentado.
Considerando el efecto prejudicial que la cocaína puede tener sobre el equilibrio del aporte y la demanda de oxígeno, no es sorprendente que la precordialgia sea el motivo de consulta en los adictos en los servicios de urgencia y que el riesgo de infarto del miocardio (IM) aumentara hasta 24 veces en la primera hora posterior al abuso de consumo de cocaína.
CONCLUSIONES
La adicción a la cocaína es una amenaza considerable a la integridad del sistema cardiovascular. En contraste con otras drogas, como la heroína o las metamfetaminas que ejercen sus efectos perjudiciales a través de un mecanismo limitado, la cocaína tiene numerosas vías fisiopatológicas por las que afecta el sistema cardiovascular. La cocaína también es muy adictiva e influye significativamente sobre la conducta. Informes desalentadores sobre la prevalencia actual de la adicción en adolescentes (146), podrían aumentar la conciencia de los posibles efectos perjudiciales a futuro de esta peligrosa droga.
Fuente: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=91154