Te hablamos de las adicciones
  • ¡No te pases!

04 de October del 2018

Rafael Maldonado

Si bien, la alimentación es un fundamental componente para mantenernos saludables, no lo es todo, también influyen practicar deporte, la salud mental, y por supuesto, nuestros hábitos de vida. 

Por ejemplo, lo que en su justa medida son hábitos saludables, en exceso pueden causar el tambaleo de nuestra salud. En este sentido, los comportamientos compulsivos y las adicciones repercuten negativamente en la estabilidad de nuestra salud física y mental.

Estos hábitos no se restringen solo al abuso de drogas como el tabaco, el alcohol, el cannabis o la cocaína; también pueden llegar a perjudicarnos actividades de lo más cotidiano practicadas en exceso: hacer deporte, comer o incluso trabajar.

¿De dónde surgen nuestras adicciones? Surgen ante ciertos hábitos, cuando el cerebro pone en marcha lo que los científicos denominan "circuitos de recompensa" que acaban desatando la adicción. Una vez alcanzados esos malos hábitos, nuestro cerebro produce más dopamina, y los niveles elevados de dopamina en nuestro cerebro nos producen sensación de placer o de euforia, la recompensa.

Estos circuitos de recompensa los generan, por ejemplo, necesidades como la alimentación o la actividad sexual. Pero dichos circuitos también los activan otros hábitos ajenos a nuestra biología como pueden ser el abuso de las drogas así como ciertos comportamientos compulsivos como jugar, ir al gimnasio o incluso trabajar. Estos nuevos hábitos inciden directamente en los circuitos de recompensa de nuestro cerebro, los cuales se alteran.

Los circuitos de recompensa han sido muy importantes para nuestra supervivencia como especie y es un sistema que a lo largo de nuestra historia ha evolucionado ante situaciones como encontrar pareja, comida, un lugar seguro o cuidar de nuestra descendencia. Al realizar estos actos obtenemos recompensas naturales que consisten en esta sensación de placer o satisfacción. Pero los circuitos de recompensa pueden verse alterados por otros hábitos.

En el caso de las drogas, por ejemplo, la adicción comienza justo en el momento en que los circuitos de refuerzo se desequilibran a causa de la presencia continua de esas sustancias. El cerebro se acaba adaptando a esta droga por lo que una misma dosis ya no genera la misma sensación de placer, por lo que debemos incrementar el consumo.

Las adicciones dependen de tres pilares: la exposición a aquello que nos crea adicción, nuestra vulnerabilidad individual y los factores ambientales. Este último aspecto corresponde al tipo de integración que tengamos en la sociedad. Cuando se juntan estos tres factores se entra en la llamada “espiral de la adicción”, de la que es bastante difícil salir.

Fuente:http://www.fundacionpunset.org/divulgacion-cientifica/cuidate-no-te-pases.html