26 de April del 2016
Psic. Silvia Russek - www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com
¿Comes sólo cuando tienes hambre o cuando te sientes estresado, enojado, triste, aburrido, etc.?
La mayor parte de la gente piensa, que hablar de adicciones es hablar de cigarro, drogas, alcohol, etc.Sin embargo, no es así.
Existen dos tipos de adicciones:
Casi cualquier conducta que produce placer y nos ayuda a evadir, física o mentalmente, situaciones molestas o dolorosas, puede convertirse en una adicción.
La línea que divide una conducta placentera, de una adicción, puede ser muy tenue y podemos cruzarla fácilmente, sin darnos cuenta.
Las principales características de una adicción son:
Tener una adicción a la comida, no es lo mismo que bulimia, aunque pueden tener algunos síntomas similares.
Tampoco significa tener sobrepeso, aunque con frecuencia van juntos.
Una persona es adicta a la comida cuando:
La raíz del problema, no está en lo que se come o en la cantidad de comida, sino en la razón por la que se come.
Entre las principales causas de la adicción a la comida encontramos:
La mayor parte de la gente que tiene un problema de adicción a la comida, no lo puede superar porque se enfoca en lo que come y en lo que debe de comer, pero no en la causa real.
Para superar la adicción a la comida, debemos enfocarnos en las causas y sus soluciones, no sólo en lo que comemos.
Es necesario trabajar con la autoestima, conflictos emocionales no resueltos, ideas erróneas, control de la impulsividad, adquisición de nuevas herramientas para solucionar los problemas, etc.
Desde que nacemos, cuando nos cargan para darnos de comer, asociamos la comida con bienestar.
No sólo se nos quita el hambre, sino que nos sentimos protegidos, seguros y queridos, en los brazos de mamá o de la persona que nos alimenta.Todo el bienestar que sentimos en esos momentos, está asociado a la comida.
Durante los primeros años de la infancia, casi siempre cuando nos lastimamos, vamos al doctor, lloramos, etc., nos ofrecen un dulce, chocolate, o cualquier otra cosa que nos gusta.
Así aprendemos que el malestar y el dolor, se disminuyen o eliminan comiendo algo sabroso.
Aun de adultos, cuando queremos festejar o halagar a alguien, tendemos a invitarlo a comer, hacemos su platillo preferido o le compramos galletas, chocolates o alguna otra golosina.
Aquí el mensaje es: "Te demuestro mi cariño o interés, con comida".
Por otro lado, generalmente los padres tratan de evitar el dolor de sus hijos, a toda costa.
Ya sea que:
Como consecuencia de estos dos puntos, los pequeños no aprenden a tolerar, aceptar y manejar el dolor emocional y al crecer, no tienen las habilidades necesarias para hacerlo.
Por lo tanto, buscan "anestesiarse" con alguna adicción.
Obviamente este deseo de no sentir, no se da de manera planeada o consciente.
El problema es que, cuando una persona recurre a la comida o a cualquier otro tipo de adicción "para no sufrir", está tan centrado en ella, que deja de "vivir", de disfrutar lo que la vida le puede ofrecer y poco a poco se afecta su salud, relaciones o trabajo.
Cuando esto sucede, generalmente la persona necesita la ayuda de un profesional, para poder resolver el problema.
También es importante tomar en cuenta, que hay ciertos alimentos, que por sí mismos, crean adicción y que un hábito muy arraigado, requiere de tiempo y esfuerzo para cambiarlo.
Pero con frecuencia, dentro de nuestro deseo de una vida fácil y cómoda, generalmente no estamos dispuestos a hacer el esfuerzo y aguantar las molestias que el cambio implica, sin darnos cuenta de cómo nuestra calidad de vida se va deteriorando.
Oficinas: 52450595
Línea de contacto: 13241082
Pag. Web: www.umbral.mx
Email: contacto@umbral.mx