22 de August del 2011
Linda Bucay
- Según la “Campaña Nacional de Información para una Nueva Vida” 2009, en México hay más de 32 millones de bebedores de alcohol (46% de la población entre 12 y 65 años de edad) y 3.3 presentan problemas de dependencia a esta sustancia. 1.5 millones son dependientes severos que requieren tratamiento residencial.
- Según esta misma fuente, el alcohol se relaciona con el 60% de los casos de violencia intrafamiliar.
- Asimismo, ocasiona hasta el 60% de los accidentes de tráfico y el 23% de las defunciones por accidentes con conductores intoxicados ocurren en jóvenes de 15 a 24 años de edad.
- Informes oficiales nos indican que el abuso en el consumo de bebidas alcohólicas es la cuarta causa de mortalidad y la primera de discapacidad
- La edad promedio de inicio en el consumo de alcohol según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas), es de 13.6 años, y la edad media de inicio de consumo semanal se sitúa en los 14.9 años.
- Uno de cada cinco ingresos a salas de urgencias en nuestro país se asocia con el alcohol.
- No sólo los que consumen sufren las consecuencias; muchas personas pierden la vida por accidentes en los que está involucrado alguien que haya abusado del alcohol, aunque ellos no lo hayan hecho.
- Aunque esté socialmente aceptado y su venta sea legal, el alcohol es una sustancia depresiva que produce tolerancia y dependencia (física y psicológica), cuyos efectos, tóxicos y acumulativos, son inmediatos debido a que es absorbido casi instantáneamente hacia el torrente sanguíneo.
- El alcohol afecta al sistema nervioso central y bloquea algunos de los mensajes que intentan llegar al cerebro, alterando las percepciones, las emociones, los movimientos, el juicio, la vista y la audición.
- A su paso por el cuerpo, aunque se consuma en bajas cantidades, el alcohol deja una serie de huellas, incluyendo un amplio rango de lesiones al aparato digestivo, así como daños irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico.
- El alcohol actúa como una droga, y según la dosis, sus efectos varían:
- A niveles muy bajos, puede parecer estimulante; no obstante, a medida que sube la concentración, se dan los típicos síntomas de la embriaguez: habla distorsionada, andar inestable, incapacidad de reaccionar rápidamente.
- A concentraciones más altas, produce un efecto de anestesia general: una persona muy ebria puede entrar en un estado casi comatoso y será muy difícil que recupere la conciencia.
- En casos extremos, si la concentración está suficientemente alta, el alcohol inhibirá las funciones básicas involuntarias del cuerpo, como la respiración, y puede ocasionar la muerte.
- A un nivel físico y psicológico, se asocian íntimamente al consumo y abuso de bebidas alcohólicas: muerte súbita; síndrome de alcoholismo embrio-fetal; dipsomanía; cáncer bucal, de esófago, de estómago, de páncreas, de hígado; cirrosis hepática; coma alcohólico; intoxicación letal aguda; "delirium tremens" ; enfermedad de Wernicke o poliencefalitis hemorrágica superior; alucinosis alcohólica; demencia alcohólica; trastorno amnésico alcohólico o psicosis polineurítica de Korsakoff; enfermedad de Marcchafava y Bignami; esclerosis cortical laminar de Morel, mielinólisis; angustia; depresión con sintomatología somática; depresión secundaria en enfermedades orgánicas, entre otras.
Esto es sólo un poco de lo que conlleva el abuso y la adicción a esta sustancia.
No dejes que el alcohol destruya tu vida o la de tus seres queridos. Nunca es demasiado tarde, si en tu familia o grupo de amigos existen problemas relacionados con el alcohol, la mejor forma en que puedes ayudarlo es informándole que padece una enfermedad, la cual tiene tratamiento; que existen especialistas dispuestos a ayudarle a salir adelante. Demuéstrale que no está solo, sí hay una solución.