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  • Procrastinación ¿Qué es? Causas y prevención

13 de May del 2025

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¿Qué es?

La procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Atendiendo a esta definición, podemos entender que aquellas tareas que son más susceptibles de ser postergadas son aquellas que no nos divierten. Y que, además, no es obligatorio realizarlas ahora mismo.

La procrastinación es por tanto uno de los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día.

La procrastinación es una actitud muy común, que generalmente no indica un problema serio. Sin embargo, en ocasiones puede ser un síntoma de otras alteraciones, como la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo o el trastorno por déficit de atención por hiperactividad. También se relaciona con la hiperestimulación que provoca el exceso de información sensorial en el entorno.No se trata de una forma de pereza ni de una mala gestión del tiempo, sino de una dificultad para regular las emociones y enfrentar los requisitos que demanda una tarea.

En un estudio de 2013, Pychyl y Sirois descubrieron que la procrastinación puede ser entendida como “la primacía de la reparación del estado de ánimo a corto plazo… por encima del objetivo de las acciones planeadas a un plazo más largo”. Explicado de manera sencilla, la procrastinación es enfocarse más en “la urgencia inmediata de administrar los estados de ánimo negativos” que en dedicarse a la tarea, dijo Sirois.

CAUSAS

La procrastinación no es un defecto del carácter o una maldición misteriosa que ha caído en tu habilidad para administrar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento y más, es el resultado de diversos factores. En general, se relaciona con la falta de motivación, ya que cuando una tarea no resulta interesante, surge la tendencia a posponer. También el cansancio, físico o mental, provoca una disminución de la energía y dificulta la concentración en las tareas pendientes.

El miedo al fracaso y la búsqueda de perfección también pueden ser contraproducentes. La idea de que un trabajo debe ser perfecto tiende a generar sentimientos de incompetencia, lo que lleva a evitar la tarea. En el ámbito académico y laboral, este aspecto se manifiesta especialmente como ansiedad y bloqueo.

Otro factor importante es el “sesgo del presente”. Se trata de otorgar más valor a los beneficios inmediatos que a los de largo plazo. Esto lleva a tomar decisiones que favorecen la gratificación instantánea. Por ejemplo, elegir pasar tiempo jugando videojuegos en lugar de estudiar o trabajar en un proyecto.

EJEMPLOS

  • Disponer de preparativos interminables, como servirse una taza de café, luego ajustar la silla, luego ir al baño, en lugar de hacer lo que realmente se necesita.
  • Atender tareas menores, como enviar un correo electrónico, sacar punta a los lápices o resolver inconvenientes no urgentes, para evitar la tarea principal.
  • Enfocarse en múltiples distracciones en lugar de dedicarse al trabajo importante. Por ejemplo, revisar redes sociales o iniciar conversaciones por chat.
  • Realizar listas de temas pendientes y cosas por hacer, pero no llevarlas a cabo.

¿CÓMO EVITARLO?

Puede convertirse en un obstáculo para alcanzar metas y objetivos personales. Un cambio significativo en la manera de pensar o aproximarse a la tarea en cuestión puede ser clave para la solución del problema.

  • Dividir la tarea. Fragmentar la tarea pendiente en partes más pequeñas y manejables reduce el esfuerzo y genera menos ansiedad, ya que permite abordar el objetivo paso a paso.
  • Hacer una versión previa. Realizar un borrador o una versión preliminar e imperfecta de la tarea permite reducir la presión del perfeccionismo. Este enfoque facilita el avance sin la sensación de tener que hacer las cosas bien desde el principio.
  • Aceptar las propias decisiones y necesidades. Reconocer los propios deseos y prioridades es una forma de restar presión social y reducir la dependencia de la validación externa.
  • Eliminar distracciones. Identificar las principales distracciones es fundamental para crear un entorno de trabajo más eficiente. Por ejemplo, dejar el teléfono a un lado, desinstalar los juegos de la computadora, minimizar las interrupciones o cerrar sesión en las redes sociales. Esto permite disminuir la cantidad y disponibilidad de excusas.
  • Evitar la culpabilización. Al notar que se está evadiendo una labor importante, es fundamental no culparse ni añadir frustración a la situación. En su lugar, procurar utilizar el humor para aliviar el malestar y buscar formas positivas de retomar la concentración puede ayudar a crear un ambiente más relajado.
  • Implementar pausas activas. Aplicar técnicas de trabajo interrumpido para alternar períodos de trabajo enfocado con breves descansos permite reducir la sensación de fatiga. Por ejemplo, el “método pomodoro” indica dividir el tiempo de 30 minutos en 25 minutos de trabajo y 5 minutos de descanso. Las pausas activas pueden incluir movimientos o ejercicios para despejar la mente.