14 de April del 2025
https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/tdah
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una alteración neurobiológica que provoca alteraciones en el aprendizaje y en el comportamiento del niño.
Es uno de los problemas psiquiátricos más frecuentes en la infancia y la causa más frecuente de consulta de psiquiatría infantil. Es más frecuente en varones (9%) que en niñas (3,3%). Estos niños suelen tener problemas de atención, impulsividad y exceso de actividad. Debido a estos síntomas, tienen dificultades de interacción social y rendimiento escolar.
Además suelen ir asociados otros problemas como trastorno negativista desafiante o trastorno de conducta (hasta el 40%), depresión y ansiedad
Los síntomas más usuales de una persona con TDAH son:
Su origen aún es parcialmente desconocido pero sabemos que no es debido a problemas ambientales, alimentarios, ni es culpa del ámbito familiar o social.
En un 75% su causa es genética. Existe un desarreglo funcional de la dopamina y la noradrenalina, neurotransmisores situados en la parte frontal del cerebro y responsables de la atención mantenida, el control de los impulsos y de la decisión de realizar o rechazar una determinada acción.
Entre los factores no genéticos relacionados con el TDAH están el consumo de tabaco o alcohol por la madre en el embarazo, la falta de oxígeno del niño durante el parto, su bajo peso al nacer, malas condiciones sociales…
En familias donde uno de los niños tiene este trastorno el riesgo para los hermanos sube del 5% de la población general hasta un 30 al 40%. También se multiplica el riesgo por 8 si uno de los padres tiene TDAH.
Por lo general, un niño no debe recibir un diagnóstico de trastorno por déficit de atención/hiperactividad a menos que los síntomas centrales del TDAH comiencen temprano en la vida (antes de los 12 años) y creen problemas significativos en el hogar y en la escuela de manera continua.
No hay una prueba específica para el TDAH, pero es probable que la tarea de diagnosticar incluya lo siguiente:
Existen muchos tratamientos eficaces para minimizar el impacto del TDAH en la vida del niño, adolescente o adulto, y que no todos implican medicación. Por ejemplo, las terapias cognitivas y conductuales, entrenamientos para los padres y en habilidades sociales, reeducación psicopedagógica, son buenas alternativas.Los psicoestimulantes han demostrado su eficacia en la disminución del 70% de los síntomas del TDAH, reduciendo el movimiento, aumentando la capacidad de atención, facilitando la interiorización de instrucciones y, como consecuencia, disminuyendo la impulsividad.
El metilfenidato es un estimulante que mejora tanto la hiperactividad como la inatención en niños con este trastorno. Aunque suele tolerarse bien, puede producir algunos efectos secundarios como diminución del apetito o del sueño (la última dosis no debe darse más tarde de las 4 o 5 de la tarde).
El efecto del metilfenidato es rápido: en pocos días se puede notar mejoría.
El metilfenidato de liberación inmediata (Rubifén®) tiene un efecto de 4 horas, por lo que debe tomarse dos o tres veces al día. La toma debe mantenerse durante todo el año, incluso fines de semana y vacaciones.
También se pueden usar las formas de liberación prolongada o intermedia, que tienen la ventaja de que sólo se toman una vez al día (por la mañana) como el metilfedinato de acción prolongada (metilfedinato OROS® o Concerta®), cuyo efecto dura unas 12 horas, o el metilfenidato de acción intermedia (Medikinet®), que tiene un efecto de 8 horas de duración tras una dosis por la mañana.
La atomoxetina (Strattera®) es un nuevo medicamento no derivado anfetamínico eficaz en el tratamiento del TDAH. Su efecto positivo dura todo el día (unas 12 a 20 horas) y puede administrarse en una sola toma por la mañana. No tiene potencial de abuso, puede mejorar la ansiedad y no empeora los tics.