02 de febrero del 2024
Mtro. Alor Ruiz
El consumo de tabaco durante el siglo XX, fue responsable de 100 millones de muertes y estimaciones de la OMS indican que para el siglo XXI podría matar a 1,000 millones de personas. Fumar causa más muertes que el alcohol y las drogas ilegales juntas, el SIDA, los accidentes de auto, homicidios y suicidios, todos combinados. Esta conducta provocará la muerte de la mitad de sus consumidores, debido directamente a los daños y enfermedades asociadas al tabaquismo. Esto tiene una clara explicación: el humo de tabaco es la mezcla mortal de 7,000 sustancias químicas, cientos tóxicas y unas 70 cancerígenas, y al fumar estos tóxicos viajan por la sangre, alcanzan todo el cuerpo, dañándolo, enfermándolo, disminuyendo la salud y bienestar de la persona. Fumar causa muchos tipos de cánceres, principalmente de pulmón, pero también de esófago, laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, cuello uterino, colon y recto. También provoca enfermedades del corazón, enfermedades pulmonares, diabetes, osteoporosis, artritis reumatoide, empeora los síntomas de asma y debilita la función inmunitaria. Quienes fuman presentan mayor riesgo de padecer infecciones de las vías respiratorias e incluso aumenta el riesgo de mayor gravedad si se padece COVID19; todo esto causando intangible sufrimiento para el paciente y su familia, pero además grandes gastos monetarios, que impactan la economía de los países. Cuanto más tiempo la persona fuma, mayor será su probabilidad de experimentar daños o morir prematuramente, perdiendo en promedio 10 años de vida. Sin embargo, sin importar la edad o cuánto tiempo lleva consumiendo cigarros, los fumadores pueden reducir sustancialmente su riesgo de enfermedades e incluso de cáncer, al dejar de fumar. Adicción al tabaco. La adicción al tabaco es una enfermedad del cerebro, básicamente inicia cuando la persona experimenta con el cigarro, para después consumir de forma incontrolable, constante y a pesar de las consecuencias nocivas para él, su familia o la comunidad. Al decir que un individuo ha desarrollado una adicción o dependencia, nos referimos a una serie de cambios que se han producido en el funcionamiento del cerebro del consumidor, estas alteraciones modifican su conducta, afectan el autocontrol, la habilidad para tomar decisiones sensatas y otras reacciones que llevan a los comportamientos dañinos, estos cambios pueden durar largo tiempo y hacer muy difícil para la persona adicta dejar de fumar. Que una persona desarrolle una adicción, depende de múltiples factores, la edad del consumidor es uno muy importante, pues cuanto más temprano se comienza a usar drogas, hay más probabilidades que el niño o joven que consume desarrolle una adicción. Esto incluye especialmente a las drogas legales, que son consideradas drogas de inicio; un ejemplo son los cigarros donde el inicio temprano del consumo de tabaco incrementa la probabilidad de usar otras sustancias, lamentablemente en México más de 60% de los fumadores inició su consumo antes de los 16 años, edad donde también se viola la ley al vender o proporcionar tabaco. Además se debe destacar que la nicotina presente en el tabaco, cigarros electrónicos o pipas de agua (narguile, hookah, shisha), es tan adictiva como la heroína o la cocaína. El consumo precoz de tabaco y la falta de detección temprana e intervención oportuna son factores de riesgo importantes para desarrollar una adicción, de ahí la importancia de evitar que los menores de edad tengan contacto con drogas como la nicotina en el tabaco, sobre todo en el hogar y se intervenga a tiempo con aquellos que ya consumen. Otro factor importante para proteger a los niños y jóvenes es con el ejemplo que los padres puedan dar, evitando involucrar a sus hijos con la exposición a productos de tabaco, los niños tienden a imitar las conductas que ven. La familia juega un papel fundamental en la prevención. … En Umbral la puerta está abierta …