05 de septiembre del 2023
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Se debe prevenir la adicción a Internet desde la primera infancia, tanto a nivel sanitario como social y educativo, realizando psicoeducación con las familias y con los menores sobre un correcto uso de las nuevas tecnologías y sobre los posibles riesgos de un uso inadecuado.
Eva VarelaPsiquiatra
Se habla de adicción a Internet cuando una persona no puede llevar una vida satisfactoria debido al uso excesivo y no controlado de Internet, ya sea a juegos online, redes sociales, compras, ver vídeos de toda índole o navegar.
Como sucede con otro tipo de adicciones, las personas con esta adicción presentan:
Irritabilidad y malestar cuando no pueden acceder a Internet, estado que se conoce como abstinencia.
Necesidad de ir aumentando el tiempo de conexión para sentirse satisfecho, proceso que se conoce como tolerancia.
Dificultades para mantener las actividades habituales, como relaciones familiares, rendimiento académico y actividades lúdicas con amigos o deportes.
Según un estudio realizado en España, 1.5% de los chicos entre 12 y 17 años tiene adicción a Internet. Esta cifra es inferior que la de países como China, Taiwán o Corea, dónde el porcentaje de personas con este problema es del 30%.
Más que un único trastorno, la “adicción a Internet” incluye diferentes problemas:
Adicción a videojuegos. Uso excesivo de videojuegos y juegos de ordenador. Juegos como el World o Warcraft (WoW), League of Legends (LoL), Fornite, Minecraft, Pokemon Go, Mario Kart o Candy Crash son los que últimamente resultan más adictivos para adolescentes.
Adicción a las redes sociales. Uso excesivo de redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram. Las personas con este problema revisan el "muro", publican actualizaciones, comentan fotos o leen actualizaciones de otros de forma constante. Las interacciones sociales a través de Internet pueden volverse más comunes e importantes que las relaciones en persona.
Adicción a los juegos de apuestas. A diferencia de los videojuegos, la motivación principal de las personas con adicción a los juegos de apuestas es ganar dinero.
Adicción al entretenimiento en línea. Se define por las consultas excesivas a páginas web o la visualización de videos en línea (YouTube). A menudo se puede ver como una manera de ocupar el tiempo libre o de retrasar obligaciones.
Adicción a la pornografía o cibersexo. Implica visualización compulsiva y recopilación de pornografía en línea y/o uso excesivo de chat o servicios de video para adultos.
No existe una única causa que explique la adicción a las nuevas tecnologías; este trastorno está relacionado con una combinación de factores:
Factores neuro-anatómicos. Los estudios de investigación sugieren que las personas con adicción a Internet tienen cambios en el cerebro parecidos a los de personas con adicción a las drogas y con la antigua ludopatía. En concreto, se ha visto que existen alteraciones en el área del cerebro relacionada con la atención, la planificación y la priorización (área prefrontal). Estos cambios explican por qué las personas con adicciones anteponen el uso de Internet o el consumo de drogas a aspectos básicos del día a día, como comer o dormir.
Factores biológicos. Los estudios de investigación sugieren que las personas con problemas de adicción tienen un desequilibrio en las sustancias químicas que utiliza el cerebro para comunicarse (neurotransmisores). En concreto, se ha visto que los niveles de los neurotransmisores dopamina y serotonina son más bajos que la población general. Esta deficiencia podría explicar por qué las personas con problemas de adicción consumen drogas, ya que algunas de ellas aumentan los niveles de dopamina y serotonina en el cerebro.
Factores individuales. Las personas tímidas y con problemas para relacionarse tienen más riesgo de tener adicción a las nuevas tecnologías, ya que el uso de Internet/redes sociales permite comunicarse sin tener que interaccionar cara a cara.
Factores relacionados con Internet. El tipo de recompensa que ofrece Internet, inmediata e impredecible, hace que sea más fácil ser adicto a esta actividad que a otras que ofrecen recompensas fijas y a largo plazo. Por ejemplo, al conectarse al perfil de Facebook, una persona puede descubrir que uno de sus amigos se ha ido de viaje o que la persona que le gusta acaba de romper la relación que tenía. Cada inicio de sesión ofrece información impredecible y potencialmente positiva que hace que la persona tenga ganas de volverlo a consultar.
La adicción a Internet afecta con más frecuencia a:
Hombres
Adolescentes
Personas con dificultades para relacionarse socialmente
Personas con problemas de adicción a drogas
Personas con trastornos psiquiátricos como ansiedad, depresión o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
La adicción a Internet puede estar relacionada con manifestaciones físicas y emocionales.
Algunos de los síntomas físicos del trastorno de adicción a Internet incluyen:
Dolor de cabeza, cuello o espalda.
Ojos secos u otros problemas de visión.
Síndrome del túnel carpiano (alteración de la sensibilidad o del movimiento de una parte de la mano debido a la compresión del nervio mediano).
Insomnio.
Cambio de peso por la pérdida de hábitos alimentarios y/o abandono de la actividad física.
Falta de higiene personal (por ejemplo, no bañarse para seguir conectado).
Los síntomas emocionales del trastorno de adicción a Internet incluyen:
Pensamientos continuos acerca de la actividad que se realiza en Internet.
Euforia al usar el ordenador.
Ansiedad y tensión cuando no se puede utilizar Internet.
Sentimientos de culpa por el hecho de haber estado conectado más tiempo de lo deseado o no haber podido hacer una actividad que tenía prevista.
Aislamiento.
Las siguientes señales pueden hacer sospechar que alguien tiene una adicción a las nuevas tecnologías:
Empeoramiento del rendimiento académico.
Problemas de sueño.
Abandono de actividades de ocio como el deporte o salir con los amigos.
Empeoramiento de la relación familiar.
Enfados excesivos cuando falla la conexión o va muy lenta.
La adicción a Internet aún no está reconocida como un trastorno psiquiátrico y, por lo tanto, no se incluye en el manual que se utiliza para diagnosticar los trastornos mentales (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales o DSM).
No obstante, es importante que las personas que hacen un uso problemático de Internet sean evaluadas por un profesional de la salud mental con el objetivo de evaluar:
En la actualidad, el tratamiento que se realiza para controlar la adicción a Internet es el tratamiento psicológico. Este tratamiento tiene como objetivo identificar los factores que desencadenan la conducta adictiva y actuar sobre ellos a través de mejorar las capacidades de la persona (control de impulsos, manejo de emociones, estrategias para afrontar el estrés…).
Los resultados de la terapia son más positivos si:
La persona con problemas de adicción a Internet está motivada y comprometida con el tratamiento.
Las personas cercanas (familiares, pareja, amigos…) participan en la terapia.
Existe una colaboración entre los diferentes profesionales involucrados en el caso.
Se trabaja el plan de seguimiento y de prevención de recaídas.
En algunos casos, puede ser necesario utilizar fármacos para controlar los síntomas físicos o emocionales acompañantes, como la ansiedad o el insomnio.
Tiempo
Es importante tratar la adicción a Internet de forma adecuada, ya que este problema aumenta el riesgo de presentar:
Adicción al alcohol y a otras drogas. Las personas con adicción a Internet tienen tres veces más riesgo que la población general de tener adicciones a otras sustancias.
Dificultad con el mantenimiento de hábitos de vida saludables, insomnio, inversión de los ciclos de vigilia-sueño, sedentarismo y obesidad.
Autolesiones y comportamiento suicida. Estas conductas pueden verse favorecidas por la información disponible en Internet sobre cómo autolesionarse.
Trastornos psiquiátricos como depresión, ansiedad o trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Los estudios indican que hasta una de cuatro personas con adicción a Internet tienen algún trastorno psiquiátrico.
Los padres y profesores pueden ayudar a los adolescentes a usar Internet de forma apropiada. Para ello, pueden:
Pactar las horas de uso del ordenador (no más de 1,5-2 horas diarias, con la excepción de los fines de semana).
Colocar el ordenador en un lugar común de la casa, como el salón.
Fomentar actividades sociales.
Potenciar aficiones como el deporte, la lectura o el cine.
Favorecer la comunicación y el diálogo en la familia.