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Te hablamos de las adicciones
  • Los alucinógenos son una terapia prometedora, pero pueden ser peligrosos para algunas personas

13 de marzo del 2023

Dana G. Smith

Hay muy pocas probabilidades de que los psicodélicos causen una sobredosis letal y también es poco probable que generen adicción. Por lo tanto, los expertos los han clasificado como algunas de las drogas recreativas menos dañinas. Pero eso no significa que estén totalmente libres de riesgos. Por eso, los ensayos de psilocibina y las clínicas de ketamina tienen criterios de exclusión muy estrictos para tratar de proteger a las personas con vulnerabilidades físicas o psicológicas.

Si estás pensando consumir estas sustancias, a continuación te decimos lo que debes saber sobre cuándo pueden ser peligrosas.

Trastornos psiquiátricos graves

Cuando se habla de efectos secundarios importantes, la principal preocupación de los expertos con respecto a la ketamina, la psilocibina y otros alucinógenos, como el LSD o la ayahuasca, es que pueden detonar un episodio psicótico o de manía. Como el uso de estas sustancias (con excepción de la ketamina) no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, no hay muchos datos de seguridad sobre ellas. Entonces, la mayoría de estas preocupaciones se basan en pruebas anecdóticas.

Lo que sí sugiere la poca información disponible es que es poco probable que la población en general desarrolle psicosis. Una encuesta de más de 1000 consumidores de sustancias psicodélicas recreativas que reportaron sus experiencias no consiguió establecer un vínculo entre el consumo de drogas y síntomas parecidos a los de la esquizofrenia. Asimismo, otro estudio no mostró ninguna conexión entre el uso previo de psicodélicos y el padecimiento actual de psicosis u otros trastornos psiquiátricos.

No obstante, los expertos afirman que el riesgo de que los psicodélicos detonen un episodio psicótico o maníaco quizá es más elevado para las personas que tienen antecedentes personales o familiares de esquizofrenia o trastorno bipolar. Como consecuencia, la gente con estos antecedentes se excluye de los ensayos clínicos de psilocibina y los tratamientos de las clínicas de ketamina.

“He tenido muchos pacientes que me han contado que estaban más o menos bien, luego tomaron LSD y han tenido esquizofrenia desde entonces”, dijo Bryan Roth, profesor de Farmacología en la Universidad de Carolina del Norte, campus Chapel Hill. “Me imagino que tenían una predisposición subyacente a la esquizofrenia y esto les dio una especie de empujón”.

Por su parte, Nemeroff agregó: “Creo que el problema con estos medicamentos tan potentes es que es probable que haya personas con vulnerabilidades genéticas a padecer un trastorno psiquiátrico importante, pero que aún no han cruzado el umbral. Y estos medicamentos pueden ser el factor que lo detone”.

Preocupaciones cardiovasculares

La condición jurídica más reciente de los psicodélicos también significa que hay pocas investigaciones sobre su seguridad en el organismo. Los expertos saben que la psilocibina y la ketamina elevan la presión arterial y la frecuencia cardiaca, así que, por exceso de cautela, no se recomienda que las personas con afecciones cardiacas, como hipertensión no controlada, cardiopatías y arritmias, las consuman.

Otras preocupaciones de seguridad

Hay unos cuantos riesgos importantes relacionados con los medicamentos o el historial médico que deben conocer los usuarios potenciales de psicodélicos.

En primer lugar, estas sustancias alteran la actividad cerebral de manera sustancial, así que es posible que provoquen convulsiones en alguien que padece epilepsia.