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Te hablamos de las adicciones
  • La adicción al trabajo

04 de enero del 2022

Centro Bonanova

Se empezó a hablar de  adicción al trabajo en 1971, cuando un profesor americano de religión, Oates, lo utilizó para referirse a su propio trabajo y lo comparó con el alcoholismo. Más tarde, Oates definió workaholism como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones de la persona.

La adicción al trabajo no sólo resulta ser un aspecto que entorpece nuestra plenitud diaria, sino que es una enfermedad potencialmente peligrosa, como cualquier adicción. Es importante distinguir que no se trata de pasar mucho tiempo en el trabajo, algo que suele pasarle a muchos, sino de que los “Workaholics” o adictos al trabajo, convierten el trabajo en una vía de escape.

El equilibrio psicológico de una persona pasa, entre otros factores, por un uso correcto de su tiempo y una diversificación de intereses vitales. Pero el mundo de hoy está dominado obsesivamente por el trabajo –y el miedo a perderlo– y por el deseo de éxito profesional.

Lo laboral es tan omnipresente en la vida de la mayoría de las personas que muchas  temen los momentos de ocio como si tuvieran que afrontar un vacío existencial. Una grave anomalía social, agravada por una hiperconectividad continua que dificulta cada vez más la separación entre el trabajo y la vida privada. Ahí tenemos las raíces de la adicción al trabajo.

La mayoría de los estudios sostienen que las características de un workaholic, una persona con adicción al trabajo, pueden agruparse en las siguientes categorías:

  • Tendencias compulsivas: trabajan intensamente y tienen dificultades para relajarse.
  • Necesidad de tener el control total.
  • Incapacidad para delegar tareas y para trabajar en equipo. Los demás no lo van a hacer tan bien, lo tengo que hacer todo yo.
  • Malestar intenso cuando no obtiene el rendimiento esperado, no controla la situación o las cosas no son como él esperaba.
  • Escasas relaciones interpersonales con los compañeros.
  • Autovaloración centrada en el trabajo y no en el resto de su vida. Se puntúan según les ha ido su jornada laboral y por los éxitos o fracasos alcanzados en su empleo.
  • Habitualmente no es reconocida por el propio adicto, siendo la familia quien lo detecta, debido al exceso de tiempo que dedica al trabajo y su compulsividad. Tiempo   que resta a la familia, y ésta acaba creando un tipo de vida al margen del adicto.

Hoy en día en el contexto actual de globalización, deslocalización, y crisis económica, el desarrollo de las empresas se hace imposible sin competitividad, dedicación e implicación, y además la cada vez más difícil situación laboral en la que  se hace difícil encontrar un trabajo bien remunerado y que cubra nuestras expectativas, puede provocar el suficiente miedo a dedicar más horas de las debidas o a estar constantemente pensando en tareas o proyectos laborarles, pero  ese no suele ser el motivo para llegar a desarrollar una adicción al trabajo.

A continuación mostramos una tabla en la que se muestra la diferencia entre las características de la adicción al trabajo y a los hábitos laborales sanos.

La adicción al trabajo genera consecuencias negativas en la vida familiar, ya que conduce al aislamiento, al divorcio y a la destrucción de la convivencia familiar.