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Creando estilos de vida sanos

La adicción al ChemSex: "Tu vida es sexo-sobrevivir-dormir-droga"

"Si todavía estás en un estado medianamente bueno en el que consigues no consumir entre semana, el viernes ya estás deseando hacerlo. Consumes viernes, sábado y domingo, y si llegas a trabajar el lunes es de empalme. Llegas a tu casa hecho polvo, duermes pero no es reparador. Seguramente hasta el miércoles por la tarde no recuperas tu vida. Y el miércoles piensas que no has ido al gimnasio, que te estás poniendo gordo y que nadie te va a invitar a las sesiones. Vas dos o tres días al gimnasio y luego sesión. A todo esto no estás pensando en tu familia o amigos. Tu vida es sexo-sobrevivir-dormir-droga. No existe un pensamiento que no sea la droga".

Pablo (nombre ficticio) tiene 31 años y reside en Madrid aunque, como una gran parte de los habitantes de la ciudad, viene de otra comunidad autónoma. Trabaja en el sector financiero de una empresa y hace casi un año que no va a sesiones de ChemSex. Para Pablo, el descubrimiento de las sesiones fue totalmente fortuito: contactó con una persona en Grindr y cuando llegó había una docena de personas y drogas de por medio. "Es la típica situación que si te la explican no habrías ido", explica. Pablo se había criado en un entorno sin drogas y veía todo este mundo como algo muy lejano. Sin embargo, le gustó y se convirtió en su manera de tener relaciones sexuales durante los siguientes cinco años.

En España ha sido en estos últimos años en los que ha aparecido esta práctica, originaria de Londres. "El problema es cuando se convierte en una adicción y solo puedes pensar en tener prácticas de ChemSex, y que no es una noche sino que puede ser dos o tres días y que puede afectar a tu vida personal, profesional y social", explica Reyes Velayos, presidenta de Apoyo Positivo. Esta ONG empezó a prestar apoyo psicológico y asesoramiento a usuarios de ChemSex en octubre de 2015. Desde que comenzó el programa han tratado a más de 200 personas por uso problemático.

"Se ha normalizado la práctica de estas sesiones. Quizás antes se hacía en un colectivo muy reducido, pero ha cambiado el fenómeno", advierte el doctor Oskar Ayerdi, del Centro de Salud Sandoval. En este centro madrileño empezaron a detectar el problema hace unos cinco años.

En Barcelona, la organización LGTB Stop SIDA abrió el programa ChemSex Support para asesorar y atender a los usuarios de sesiones de sexo. "Era un fenómeno emergente que cada vez generaba más problemas", cuenta Luis Villegas, coordinador del servicio ChemSex Support.