https://www.high-endrolex.com/17 Umbral
Creando estilos de vida sanos

Testimonio de un Adicto al Sexo

Cuando detecté el problema tenía ya 32 años, ya habían pasado diez años, un tiempo más que suficiente para que aquellas practicas me convirtieran en un adicto al sexo, es decir alguien que ya no puede parar de consumir, alguien que aunque desee detener sus prácticas no puede hacerlo, le pueden las ganas, le pueden los impulsos, no es amo de su vida.

Probé psiquiatras, psicólogos, medicación, leía todos los libros de autoayuda que caían en mis manos…nada me hacia cambiar y mucho menos parar.
Ahora tengo 48 años, en noviembre del año pasado tecleando en Google las palabras “adicción sexo AYUDA” apareció Sexólicos Anónimos, esta página que estas visitando.

Llamé. Me daba vergüenza hablar pero llamé.

Me atendió un compañero que me explicó qué era SA, en qué consistía el programa, los compañeros, el padrino…empezó a sonarme distinto a todo lo que había escuchado hasta entonces…y sobre todo noté sinceridad e ilusión en su voz, en sus palabras…algo me decía que creía plenamente en lo que me estaba diciendo.

Dos días después, alguien me llama y me dice que se convierte en mi padrino, empieza a quedar conmigo por teléfono y a dedicarme su tiempo, muchas horas en aquellos primeros días de camino.

Así es como empecé a sentirme arropado, apreciado, guiado…empiezan a aparecer compañeros que me llaman, a los que yo también llamo que me entienden, hablamos el mismo idioma y empiezo a sentir la magia…la fuerte magia de SA.

Hoy hago tres meses ya en esta fraternidad, he abandonado mis practicas compulsivas, estoy trabajando el programa y los pasos guiado por mi padrino y todos los días hablo con compañeros, me ayudan, les ayudo, estamos todos unidos en salir de nuestro problema.

He pasado de ser un adicto a ser un adicto en recuperacion, he pasado de consumir a ayudar a no consumir a personas como yo. Un milagro, un verdadero milagro.

Ahora he empezado a entender que mi problema no eran las practicas sexuales, que eso es sólo la punta del iceberg, que hay mucho más debajo que debo descubrir y limpiar.

Un Sexólico Anónimo