https://www.high-endrolex.com/17 Umbral
Creando estilos de vida sanos

Las apuestas no solo me hicieron perder la cabeza, también perdí a mi pareja

En 2015, con veintiséis años, me independicé para irme a vivir con ella por su mala situación familiar y económica. Yo afortunadamente soy socio de una empresa familiar y podía permitírmelo.

Al principio todo funcionaba bien entre nosotros, pero con el tiempo me di cuenta de que yo tenía que afrontar casi todos los gastos de la casa, no tenía problemas para pagarlos pero sentía la necesidad de conseguir más dinero rápido para vivir más cómodamente y permitirme algún capricho.

Luego mi ex pareja y yo, por causas de la convivencia, comenzamos a discutir a menudo y vi en las apuestas una forma de evadirme de los problemas de mi casa.

Comencé realizando apuestas online fáciles y de pequeñas cantidades de menos de 10€. Con el tiempo, al ver que ganaba subía la cantidad apostada buscando un mayor beneficio

La primera “gran” apuesta que gané fueron unos 450€ apostando 20€ a través de una conocida casa de apuestas. Me sentí eufórico y creí que podría conseguir más dinero y empecé a realizar apuestas grandes sin control.


Cuando comencé a perder apuestas, lo que significaba perder dinero, tuve la necesidad de pedir préstamos/créditos para pagar los gastos de la casa y seguir apostando.


Volviendo a la relación con mi ex pareja, vi que no solo no mejoraba sino que incluso iba a peor y en una fuerte discusión, terminamos. Ella se fue de casa y yo, al tiempo, abandoné el piso de alquiler y volví a casa con mis padres.
Seguí con las apuestas por pura adicción, ya que no necesitaba el dinero para vivir. Mis padres no sabían que apostaba cantidades tan grandes (entre 50 y 100€ cada vez) y, como tenía que devolver el dinero de los préstamos/créditos pedidos, no paré de apostar para ver si podía conseguir el dinero.


El asunto se hizo cada vez más grande hasta alcanzar una deuda de unos 13.000€ más o menos, la cual no podía afrontar yo mismo y fue cuando tuve que pedir ayuda a mi familia. No sabía cómo decirles en lo que estaba metido y todo el dinero que debía, pero ellos me veían mal, nervioso, y sabían que algo me pasaba.


Al final se lo conté porque económicamente no podía seguir así. Se llevaron un gran disgusto y me acusaron de que podía llegar a arruinarles. Entendía perfectamente su reacción y realmente me sentí como una basura.
A los pocos días fui con mi familia a autoprohibirme la entrada a casinos y salas de apuestas y el acceso online de sus páginas. El mismo día también fuimos al banco a ajustar cuentas y la forma de devolución del dinero. Al final los bancos me dieron opciones para sobrellevarlo, pero al principio de toda esta pesadilla fueron los que me ofrecían más créditos y más préstamos, sabiendo ellos lo que ocurría. Eso a día de hoy lo pienso y me sabe muy malo.
Al día siguiente acudí a Azajer para darme de alta y acabar con mi adicción.


A día de hoy me siento liberado ya que poco a poco voy devolviendo las deudas y puedo respirar tranquilamente. Mi familia me sigue ayudando y actualmente estoy con una chica que conocí en mitad de todo el programa, con la que estoy realmente a gusto y me apoya.