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Te hablamos de las adicciones
  • "Un adicto a la pornografĂ­a deja la empatĂ­a, el respeto, el consentimiento y las relaciones interpersonales a un lado"

11 de junio del 2021

De las nefastas consecuencias que puede acarrear en el ámbito de la salud y en la esfera social, laboral y familiar de las personas que padecen dicha adicción así como del cada vez más temprano y escasamente controlado acceso de niños y adolescentes hablamos con el psicólogo especialista en adicción a la pornografía Alejandro Villena. Miembro de la World Association For Sexual Health es, además, asesor clínico del pionero proyecto Dale Una Vuelta, dirigido tanto a profesionales como a personas que quieren salir de la adicción.

Los datos de consumo de pornografía relacionados con adolescentes y niños son cada vez mas preocupantes. En noticias recientes se sitúa el primer acceso con tan solo 8 años.

Así es, cada vez son más alarmantes y preocupantes los datos de acceso a la pornografía de los menores, es una realidad social que necesita ser abordada de inmediato. De hecho cerca del 30% de los adolescentes acceden de forma accidental a la pornografía, esto es, sin buscarlo intencionalmente. El acceso temprano a la tecnología y la sociedad hipersexualizada tienen mucho que ver en esto.

¿Cuáles son las principales consecuencias que este acceso prematuro puede generar en el niño/joven?

El impacto a edades tan tempranas puede ser realmente dañino, debido al período evolutivo en el que se encuentran estos menores y a la incapacidad para gestionar el contenido sexual explícito que aparece en la pornografía online. Se han estudiado diversas consecuencias del consumo de pornografía en los adolescentes:

1) Favorece los estereotipos de género y conductas agresivas en el ámbito sexual.

2) Crea expectativas irreales que pueden llevar a frustración, problemas de autoestima, ansiedad y presión de rendimiento.

3) Dificultades sexuales y falta de satisfacción sexual en la vida real.

4) Menor uso de preservativo, mayor número de parejas sexuales e involucración en relaciones sexuales de riesgo asociadas a un mayor uso de pornografía.

5) Adicción, cada vez son más los adolescentes que tras la cuarentena detectan un consumo de pornografía problemático, sin control y que está repercutiendo en el desarrollo de diferentes áreas de su vida.

Muchos expertos señalan también que este acceso temprano condiciona de forma muy grave las futuras relaciones de pareja de los adolescentes. ¿De qué manera pueden distorsionar su visión de lo que debe ser una relación sana?

A mi parecer uno de los grandes condicionantes es la visión reduccionista y objetificada que transmite el porno del sexo a los adolescentes. El mensaje es “cualquier cosa vale si te da placer”, esta idea es muy peligrosa ya que deja la empatía, el respeto, el consentimiento y las relaciones interpersonales a un lado y se pone como único protagonista al placer fisiológico. Esto es un reflejo de una cultura hedonista, que lo quiere todo rápido y que no piensa en las consecuencias, ni ve más allá de su propio ombligo. Es una forma de vivir el sexo muy narcisista, muy desconectada de nosotros mismos y de la persona con la que quiero vivir la relación sexual.

Además la manera en la que se representan los cuerpos, la respuesta sexual, y las relaciones sexuales dista de la realidad. Esta narrativa ficticia de la sexualidad puede dejar mella en el adolescente, haciéndole esperar que la vida real sea como la pornografía y produciendo frustración decepción y desencanto en las relaciones sexuales reales.

Muchas veces se piensa que la adicción tiene que ver con la cantidad de pornografía que se consume, y si bien es cierto que la frecuencia podría ser un indicativo, es mucho más importante la manera o el modo. Normalmente estas personas muestran una falta de control sobre su consumo, sienten que son incapaces de dejarlo y muestran intentos fallidos una y otra vez para abandonar su conducta. Otra de las claves sería cuando el consumo de pornografía empieza a interferir en su vida diaria, dejando de lado otras ocupaciones, perdiendo tiempo en el trabajo o estudio y fomentando el aislamiento. Además este consumo problemático suele mostrar consecuencias en su vida personal, familiar o laboral/académica. Por último utilizan la pornografía como un regulador de emociones como el estrés, el aburrimiento, la soledad o la tristeza.