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Te hablamos de las adicciones
  • RELACIONES DESTRUCTIVAS

25 de noviembre del 2020

Las relaciones destructivas se caracterizan  por la constante agresión emocional, psicológica y/o  física que conlleva el menosprecio de la persona.


El componente principal es la agresividad y esta se manifiesta como:

Agresión Física:

·         Empujones

·         Forcejeos

·         Apretones

·         Golpizas brutales

·         Supuestas caricias fuertes con mala intención (nalgadas por ejemplo)


Agresión Emocional:

·         Insultos

·         Infidelidad

·         Burla

·         Control físico

·         Control económico

Agresión Psicológica:

·         Descalificación de lo que hace la persona

·         Crítica sobre su aspecto

·         Critica sobre su familia

·         Desprecio de sus actividades

·         Malos comentarios ante otras personas

·         Gestos y actitudes de descalificación.

 

En las relaciones destructivas casi siempre se presentan  una combinación de los mencionados o algunos otros factores.  

¿Por qué una persona permanece en una relación destructiva y permite el maltrato?

La gente  permanece en relaciones destructivas por muchas razones, las más comunes son: desde pequeños se vive en familias donde se da repetidamente el  abuso, y en los hogares disfuncionales siempre se presentan estos patrones. Las personas  son educadas en estas familias y  llegan a considerar “normal" o como parte de la vida el abuso, y por lo mismo ya están acostumbrados a este patrón y por lo tanto es un ejemplo para seguir en la vida o imitar aun de manera inconsciente.

Son personas no logran cubrir sus necesidades más básicas desde el punto de vista emocional puesto que sus padres, quienes deberían brindarles protección, respeto, cariño y seguridad, han estado ausentes física y/o emocionalmente, y en muchas ocasiones son quienes han tratado con violencia a estas personas.

Los comportamientos descritos son más agudos en las mujeres porque así es la enseñanza y la cultura en que hemos vivido.

A las mujeres se le educa para cargar sus relaciones de pareja, lo que  significa en muchos casos aguantar lo que sea, hasta abusos físicos en lugar de liberarse de ese sentimiento de culpa y reconocer que no deben conformarse y aspirar a relaciones sanas y mejores, es la famosa metáfora de “cargar con la cruz de su parroquia”


Otra razón para estar en este tipo de relaciones es la baja o ausencia de autoestima. Estas son personas que consideran que no merecen la felicidad, son personas que ni siquiera ellas mismas se quieren y valoran y tienden a pensar que el valor como persona depende de la pareja o los hijos. Por lo general son personas con miedo a la soledad, creen que deben aguantar cualquier cosa para no terminar una relación, así sean engaños, infidelidades, maltratos, menos precios, y vejaciones.

Un relación destructiva genera patrones de dependencia muy parecidos a las adicciones y eso dificulta el manejo de la salud física, emocional, psicológica y sexual de la pareja. Son personas que se da cuenta que está mal, pero no logran dejar la relación y siempre encuentra una justificación, aunque sea absurda, para seguir en la relación.

El agresor, casi siempre presenta cambios de comportamiento; hay momentos en que se arrepiente de sus acciones, ofrece disculpas y se muestra cariñoso, haciéndole creer a su pareja que todo está bien.

 

Mientras que el sumiso o dependiente no ve o no quiere ver la realidad de la situación y se aferra a esos momentos de esperanzas del supuesto cambio y sigue aguantando abusos. La realidad es que se continúa en el círculo vicioso de la agresión.

Es importante mencionar que la agresión sigue tiene una serie de fases. Es frecuente que el primer ataque aparezca como un hecho aislado. Pero, en muchos casos, se desarrolla el ciclo de la violencia en tres fases:

1.     Acumulación de tensión: enojo, discusiones, acusaciones, mal decir.

2.     Explosión de la violencia: pegar, cachetear, patear, herir, abuso sexual, abuso verbal y puede llegar hasta el homicidio.

3.     Período de calma: que también se le dice de luna de miel o de reconciliación, el agresor niega la violencia, pone pretextos, se disculpa o promete que no va a volver a suceder.

Lo peor de esto es que el ciclo se repite y sube de intensidad cada vez más.

En las relaciones donde hay constantes abusos e insultos se llega fácilmente a la violencia física y se pierde el respeto hacia la otra persona ya sea la pareja, hermano, el padre etc. la mayoría de ellos permanecen callados, no denuncian y lo más lamentable es que se convierten en adictos de este tipo de relaciones ya que van tomando como natural la violencia en su vida cotidiana y no logran ver el límite de cuando una relación deja de ser edificante y pasa a ser destructiva.

Son relaciones, en las cuales se dan factores de forma inconsciente, se conserva el sueño de poder cambiar a la otra persona.

Se debe mencionar que las relaciones destructivas inician con una ilusión inconsciente y casi, sin darnos cuenta, nos involucramos en relaciones que nos destruyen, donde hay humillaciones, rechazo, devaluaciones, manipulación, vejaciones y hasta violencia sexual (que nos obligan a tener sexo o a hacer cosas que no son de nuestro parecer) y si llega a la violencia verbal y física.

La mayoría de estas relaciones empiezan con situaciones muy seductoras, la pareja brinda una buena seguridad, da protección, pero pasado el tiempo empieza a salir lo posesiva, controladoras, celosas y manipuladoras de la otra persona.

Y pensamos que es por el amor que nos tiene, o que nosotros provocamos el enojo y por lo mismo empezamos a ceder ante esas situaciones y cuando nos damos cuenta estamos en medio de un verdadero conflicto.

Hay muchas personas que, bajo esta situación, se detienen y buscan ayuda, pero también hay lo que se niegan a recibirla, y pasamos a otra etapa donde se presenta la manipulación, la culpa y el miedo, entre otras emociones, y crece la personalidad del agresor quien se convierte en el más fuerte, aunque en el fondo es el más débil ya que solo una persona cobarde (lleno de miedo) y con necesidad de tener el control de todo lo que pasa con su pareja.

Cuando una persona se encuentra atrapada en este tipo de relaciones, tiene muchas posibilidades de liberarse del maltrato, lo cual significa muchas veces deshacerse del maltratador, para darse la oportunidad de re-comenzar su vida en condiciones dignas y saludables (solas o con otras personas), con  tranquilidad, cariño y regenerando su auto estima.

Para lograr esto se pueden seguir los pasos que a continuación se describen:

1.     Reconocer que viven en una relación destructiva.

2.     Habla con la familia o amigos de lo que está pasando, para romper el anonimato de la violencia.

3.     Reconocer que la culpa de lo que está pasando es de los dos, y en mayor medida del violento, para hacer conciencia de que mereces vivir mejor.

4.     Busca inmediatamente ayuda de un especialista, ya que es muy necesaria la ayuda y orientación.