25 de noviembre del 2020
Anónimo
He escuchado diferentes versiones de estas cuatro frases:
¡Estar en una relación destructiva y no saber porqué uno sigue ahí, es desconcertante!
No es sana la crítica constante: ¡Estoy loco!, ¡Me falto el respeto a mi mismo!, ¡Soy un masoquista!.
Tampoco es sana la evasión: dejar de reflexionar, evitar pensar y sólo dejarse llevar por el caos.
Es por esto que decidí recoger la respuesta de 7 expertos en psicología, neurociencias y relaciones amorosas a la pregunta de: ¿Por qué escojo relaciones destructivas? y ¿Por qué sigo en ellas? Escogí estas respuestas porque se complementan y refuerzan entre sí.
La intención es que después de leer esto puedas ver con otros ojos a las relaciones, y si actualmente estás en una destructiva, espero que te ayude a darle un sentido.
Encontrar sentido a las situaciones nos da paz y nos permite salir de la parálisis. Nos enfrenta con la pregunta de: “ahora que ya sé lo que me pasa, ¿qué voy a hacer?” y nos ayuda a buscar soluciones creativas a problemas que pensábamos que eran irresolubles.
Al final del post comparto algunas áreas en las que has de trabajar, para salir de una relación no sana.
Aquí van las 7 respuestas:
Respuesta de Linda Exposito
Los adultos buscan confort en aquello familiar y predecible – aunque esto signifique seguir saliendo con personas que son abusivas de forma física o emocional.- Estas son algunas de las respuestas de por qué nos quedamos en relaciones no sanas:
Respuesta de Stephen A. Diamond
La mayoría de los adultos tienen una atracción misteriosa, un radar inconsciente por los miembros del sexo opuesto (o en algunos casos, mismo sexo) que, de forma imperceptible al principio, se parecen al padre con quien se tuvo dificultades.
Respuesta de Daphne Rose Kingma
Seguimos creando una repetición de la película de nuestra niñez porque estamos tratando de entenderla, obtener información que no percibimos la última vez. Reafirmamos, recreamos y revisamos la película de nuestra niñez hasta que recibimos la lección que se nos ha dado y luego seguimos con nuestra vida.
Respuesta de Lisa Firestone
La mayoría de nosotros decimos que estamos buscando amor verdadero, uno con real compatibilidad, sin drama. Sin embargo nos encontramos con influencias inconscientes, pensamientos y comportamientos que nos llevan a escoger directamente lo opuesto. Muchos de nosotros escogemos patrones que nos ayudan en seguir en nuestra zona de confort, incluso cuando la zona de confort se vuelve no deseable. Las personas buscan lo que le es familiar. Si nuestro pasado está lleno de sentimientos de rechazo o insuficiencia, nos atraerán los escenarios en los cuales nos sentimos de la misma manera como adultos.
Por otro lado, buscamos parejas de las cuales podamos depender para “llenar” lo que falta de nuestra personalidad, luego nos sentimos resentidos por las mismas características que los hacen ser nuestra “otra mitad”. Por ejemplo, la esposa se siente resentida con su marido por ser débil e indeciso, pero ella se niega a soltar el control. El esposo se siente victimizado por las demandas de su mujer pero se niega a expresar sus propias opiniones. La dependencia mutua los deja “adictos” el uno al otro.
Respuesta de Glynis Sherwood
Una persona adicta a la relación suele estar buscando sanarse o “completar” la relación amorosa-parental que se le negó en la niñez. Aunque su motivación es positiva, su esfuerzo está destinado a fallar porque escoge al mismo tipo de persona que el padre o cuidador, que no pudo proveerle de amor genuino o apoyo emocional. Lastimosamente, los adictos a las relaciones, tienden a seleccionar parejas que parecen familiares y por lo tanto similares a los padres (o cuidadores) de los quienes necesitaban desesperadamente amor.
Respuesta de Susan Peabody
Nos es difícil salir de una relación no sana porque nos volvemos “adictos”. Todas las adicciones tienen una cosa en común: En las primeras fases se trata de controlar el placer y el dolor introduciendo experiencias que (1) alivian el aburrimiento (2) promueven una sensación de bienestar (3) proveen un escape del dolor y sufrimiento. Uno puede estar adicto a diferentes cosas: al alcohol, al trabajo, al sexo, a la comida y cada una de esas adicciones tiene un “gancho” particular. Los “ganchos” del amor son (1) las fantasías románticas que alivian los sentimientos de soledad y rechazo, ya que prometen la fantasía de “fueron felices para siempre” y (2) la experiencia del apego o conexión que disminuye el miedo (consciente o inconsciente) de abandono y promete de manera falsa eliminar, bajar o al menos compensar la soledad o baja estima.
Respuesta de Robin Norwood.
Si usted alguna vez se vio obsesionada/o por un hombre/mujer, quizás haya sospechado que la raíz de esta obsesión no era el amor si no el miedo. Quienes amamos en forma obsesiva estamos llenos/as de miedo: miedo a estar solos/as, miedo a no ser dignos/as o a no inspirar cariño, miedo a ser ignorados/as, abandonadas/os o destruidos/as. Damos nuestro amor con la desesperada ilusión de que el hombre/mujer por quien estamos obsesionados/as se ocupe de nuestros miedos.
Ya que sé lo que me pasa, ¿ahora que hago?
Estas son algunas de las áreas claves que trabajar cuando estamos sumidos en una relación destructiva, que no podemos <queremos> dejar son: