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Te hablamos de las adicciones
  • Cuando el deporte se convierte en obsesión

23 de julio del 2019

Anónimo


Hace ya tiempo que proliferan los gimnasios, los maratones, los corredores, ciclistas, patinadores… pero no todos entienden que la llave del ”éxito” está en saber dosificar el ejercicio físico: machacarse en el gimnasio con ayuda de anabolizantes perjudica, entre otros órganos, al hígado, y correr una maratón  con una edad avanzada destroza directamente los huesos.
Doctora en Medicina por la Universidad de Alicante, especialista en depresión, trastornos del Sueño e Hipnosis Clínica, Marisa Navarro ha referido a EFEsalud como los obsesos por el ejercicio físico van en aumento y cuales son los principales riesgos de una mala práctica deportiva.
Cuando el deporte se vuelve un peligro más que un aliado nos podemos encontrar, por ejemplo, con una vigorexia: se trata de un trastorno asociado a la adicción al ejercicio físico y a su práctica de forma compulsiva, de manera que las personas que lo sufren, además de ser más propensos a sufrir lesiones, tienen una visión distorsionada de su cuerpo y suelen tener una baja autoestima.
El deporte tiene que estar acompañado de una alimentación equilibrada y saludable, y es que no se trata de perder calorías por un lado, para ponerlo como excusa e ingerir demasiadas grasas, azúcares o alimentos procesados por el otro, “porque las malas prácticas alimentarias acaban degenerando en alteraciones metabólicas y hormonales”.
La especialista advierte además del peligro que suponen los anabolizantes que consumen algunos jóvenes y adolescentes que se machacan en  gimnasios poco controlados para lucir un torso como una “tableta de chocolate”, y en las consultas “yo he visto chicos jóvenes con el hígado tocado por estar tomándo estas sustancias sin control ninguno que los padres ni lo sabían”.
Centrarse sólo en el beneficio estético, y acudir al gimnasio solamente con la intención de querer ser delgado, o para usar una determinada talla o estar supermusculado, buscando un modelo corporal concreto y basado en una estética determinada es un error, que acaba haciendo que te compares con otros y te sientas mal.
“Hay que asumir que cada cuerpo es diferente, con una estructura ósea, unos músculos y un metabolismo determinado, no hacerlo puede llegar a generar un trastorno conocido como la dismorfofobia  que lleva a obsesionarse por defectos que percibimos en nuestra imagen corporal, ya sean reales o imaginados”.


Fuente: https://www.efesalud.com/cuando-deporte-se-convierte-obsesion/