23 de febrero del 2024

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En un mundo en el que las redes sociales ocupan un principal en el día a día, resulta inevitable no compararse con otras personas. No solo queremos conseguir la casa idílica que nuestros ídolos comparten en plataformas como Tik Tok, Twitter o Instagram, también obtener la ropa que guardan en sus armarios, los cuerpos esculturales que tienen o, incluso, las amistades que le rodean. Y, en muchas ocasiones, la belleza que muestran en sus canales. Buscamos tener la piel perfecta que se ve a través de la pantalla o ese rostro joven y dulce que tanta atención despierta en nosotros. Que el paso del tiempo no se refleje y que las arrugas, tal y como ocurre con aquellas personas que "seguimos" a diario, no sean evidentes. Un deseo, una obsesión, que puede derivar en la conocida como cosmeticorexia. ¿Qué es la cosmeticorexía? Podríamos definirla como la compra compulsiva de cosméticos o la adicción a los principios activos para frenar el paso del tiempo. Una patología que, según apuntan Anastasia y Sunny, creadoras de KOSS, se ha incrementado tras el confinamiento que atravesamos en 2020 debido a la Covid-19. "Durante y después de la pandemia la gente se dio cuenta de la importancia de cuidar la piel y la salud en general", señalan, a la vez que resaltan que aquellos meses de encierro llevaron a la población a dedicar más tiempo al cuidado de la piel y a los productos de cosmética, y finalmente a que conscientes realmente de su relevancia. "Fue en ese momento cuando empezó a crearse una tendencia, cada vez más potente (como una bola de nieve) sobre el consumo de la cosmética", señalan. La cosmeticorexia no solo supone un desembolso desmedido en cuestiones de belleza, sino el hecho de que, influenciados por las redes sociales o factores externos, optemos por el uso excesivo de productos en la rutina, sin seguir orden lógico y, lo más grave, sin tener la necesidad de incluirlos. Una adicción que afecta a la generación Z Si bien no hay datos que apunten a un rango de edad, las fundadoras de Koss sí señalan que esta tendencia por comprar continuamente productos de cosmética para evitar el envejecimiento afecta sobre todo a adolescentes. Sunny y Anastian confiesan que cada vez es más habitual ver a gente muy joven en los talleres de belleza que ellas mismas imparten que confiesan utilizar productos como el retinol, que a priori, por edad, no necesitarían. "Optan por activos muy potentes porque lo han visto en Tik Tok porque alguna influencer lo ha recomendado", señala Sunny, que continúa explicando que este tendencia "lleva a que tengan problemas de piel que no saben cómo resolver". La solución que eligen es comprar más y aplicarse otros productos que tampoco necesitan, lo que va creando un círculo sin fin. Y aunque las propias expertas señalan que la adolescencia sí es el mejor momento para comenzar a cuidar la piel, "lo que deberían hacer es acudir a un experto para que le recomiende los productos más adecuados a su tipo de piel", señala Sunny, y no poner el objetivo en las redes sociales.